Barça-Real Madrid Hoy es un día grande. Esta tarde se enfrentan el Fútbol Club
Barcelona (CF Barcelona) y el Real Madrid, dos de los equipos más grandes del
mundo, los dos eternos rivales. En el piso de Montse, Pilar, Alejandra, Luisa y Coral, todo está preparado para el gran
acontecimiento. Vendrá más gente: Luis, el profesor de yoga de Montse, que
ahora ya no es sólo su profesor, sino también su novio. Vendrá también Paco, el
hermano de Pilar. Y finalmente también se añadirá Ricardo (sí, sí, el que iba
al cine con Guillermo) que vive en el piso de abajo y que siempre sube al piso
de sus vecinas cuando hay buena cena, fiesta o fútbol. Nuestras cinco buenas amigas han
preparado bocatas para todo el
mundo, palomitas y frutos secos (cacahuetes
y pistachos), para picar, además de patatas fritas de la churrería de la
esquina. Montse, Coral y Ricardo son
del Barcelona, del Barça. Paco, Pilar y Luisa son
del Real Madrid. Luis (el novio de Montse) y Alejandra, no son de ningún equipo y, a decir verdad, no les
gusta mucho el fútbol, pero por nada del mundo se perderían el
espectáculo que se monta cuando juegan el Barça y el Madrid. Montse:-
¡Eh, chicos! ¡Que empieza! ¡Venid! Efectivamente, en la tele se ve cómo los dos equipos saltan al terreno
de juego. Los hinchas de ambos, convenientemente ubicados en sectores
separados, aplauden a rabiar, hacen sonar sus bocinas y jalean enfervorizados a
sus respectivos equipos. El comentarista deportivo repasa las dos alineaciones. Barça: Portero :
Víctor Valdés Defensas: Carles Puyol, Edmilson, Fernando Navarro y
Damià Abellà. Centrocampistas: Iniesta y Xavi. Delanteros: Eto´o, Ronaldinho, Leo Messi y Henry. En el banquillo azulgrana de reservas: Maxi López, Deco,
Giuli, Belletti, Silvinho y Oleguer. El entrenador, Frank Rijkaard, con gesto grave. Madrid: Portero :
Íker Casillas Defensas: Michel Salgado, Cannavaro, Sergio Ramos y
Drenthe. Centrocampistas: Guti y Sheijder Delanteros: Raúl, Robinho, Saviola y Van Nistelrooy En el banquillo merengue de los reservas: Pepe, Marcelo Vieira, Heinze, Miguel Torres, Metzelder y Gonzalo
Iguain. Shuster, el entrenador, con la mirada fija en los chicos. Paco: - Hoy
os vamos a dejar a cero. Os vamos a meter cuatro. Ricardo: - No tan deprisa, Paco. En el último, os pusimos
calentitos… Paco: -En
el último, Ricardo, el árbitro pitó una falta que no lo era. Coral: -¡No,
qué va! Una falta como una catedral. Alejandra: -Bueno,
chicos, ¿qué tal si empezamos a ver el partido con buen rollo? Luis: - No estaría de más. ¡Jo! Se masca la tensión. Se
corta el aire con un cuchillo. El árbitro tira
una moneda al aire en presencia
de los dos capitanes. Le
toca salir al Barça. El árbitro pita el inicio del partido y empieza el duelo. La primera media hora transcurre equilibrada. El Barça está teniendo la pelota más tiempo que el Madrid, pero ninguno de los dos
equipos ha puesto en peligro la portería
contraria. En ese momento, Ronaldinho se
hace con la pelota. Montse: - ¡Venga, tío! ¡Corre! ¡Corre! ¡Va, que la metes! Coral: - Ronaldinho, venga, ya está, que ya lo tienes,…
que ya está, venga, dispara, hombre, dispara, que la metes, va…va…va… Pilar: - De eso nada. Iker Casillas se come a cien
Ronaldinhos juntos, y con patatas, si hace falta. Ronaldinho hace un regate imposible, mágico. Va esquivando
uno a uno a los jugadores blancos que intentan quitarle
la pelota. Primero, a Michel, a Michel Salgado; después, Canavaro le alcanza y Ronaldinho se lo quita de encima como a una pluma; por último, esquiva a Drenthe, que
sale a su encuentro. Finalmente, Guti le entra por detrás, le
hace tambalearse y, antes de
caer, Ronaldinho le pasa la pelota a Messi
quien aún está lejos de la portería merengue. Coral: - ¡Messi!¡Messi!
Ahora, ya es tuya, va, chuta, chuta ya. Messi recibe la pelota, regatea, esquiva
a Saviola, se la
pasa a Eto´o, quien
se la devuelve; se va acercando a la portería, está cerca… y la chuta, parece que
hacia la izquierda, hacia donde se
tira el portero madridista…¡pero
no! Ha chutado al ángulo derecho de la portería y la pelota entra limpiamente, sin obstáculos, en una curva imposible. Ricardo, Montse y Coral dan un
brinco, se ponen de pie y se abrazan y gritan: Montse, Coral y Ricardo:- ¡Gooooooooo! ¡Goooool!
¡Gol!¡Gol!¡Gol! Messi, Messi, ¡qué grande!¡Baaaaarça!¡Baaaaaarça! Uno a cero, uno
a cero. Paco bebe cerveza sin descanso. Pilar come pistachos a toda velocidad.
Luisa murmura en voz baja. Luisa: - ¡Serán capullos! ¡Eso no es una defensa, hombre!
Pero si se lo han puesto en bandeja, hombre. Pero cómo pueden ver a Messi solo
y no ir a por él, ¡qué capullos! El ambiente se va caldeando. Desaparecen los bocatas y las cervezas se abren a toda velocidad. Los 45 minutos del primer tiempo tocan a su fin. Tras la pausa, los
dos equipos saltan al campo. La afición culé hace tronar el campo. Los
gritos de la hinchada merengue
hacen temblar los muros del estadio. Los delanteros del Madrid parecen haber recibido una buena bronca en el vestuario; salen más agresivos, corren
más, esquivan bruscamente a los azulgrana, juegan más coordinados. Pilar: - Ahora veréis. Ahora nos toca a nosotros. Que
nadie se preocupe, quedan 45 minutos para empatar…y ganar. Michel Salgado le envía la pelota a Guti; Guti se la
pasa a Higuaín; Higuaín regatea; se la
pasa a Guti; Guti a Raúl; Raúl avanza con la
pelota, regateando, esquivando a los contrarios, atraviesa dos tercios del campo y llega a la portería del Barça. Tira directamente
a la portería. Se oye un “¡Huyyyyyyy!” estruendoso y compacto de toda la afición blanca, que ve, con gran decepción, cómo la pelota se estrella en el larguero y no entra en la portería. Paco: -¡Huuuyyyyy!
Por poquito, por poquito,… Coral: - Sí, sí,…por poquito… ja ja, pero si ha chutado
vertical, tío. Paco:- ¡Pero tú estás ciega, o qué! Ha sido un chute de
antología,…pero mira…¡mala suerte, tú! Montse: - 1- 0, 1- 0, así estamos…y a la espera del
segundo. De nuevo la pelota
avanzando hacia la portería madridista. Ricardo: -Venga
Puyol, ahora es tu turno. ¡Venga, machote! ¡Venga! Que ya es tuyo. En el minuto 20 de la segunda parte, Drenthe se
hace con la pelota; dos jugadores del Barça se le vienen
encima; Drenthe la
pasa a Ramos, Ramos a Robinho, Robinho a Raúl, Raúl a Saviola. Los jugadores del Barça intentan hacerse con la pelota; Puyol se la
arrebata a Saviola y se la
pasa a Fernando
Navar; Navarro a Bommel, éste a Messi, Messi a Ronaldinho. Ronaldinho mira a la izquierda; por la derecha Van Nistelrooy se la arrebata. Van Nistelrooy corre como si estuviera teledirigido, sorteando cualquier obstáculo, cualquier jugador contrario. Van Nistelrooy se para
un momento. Mira. Y chuta. El
portero del Barça, Victor Valdés, se tira a por la pelota, pero sólo logra tocarla con la punta de los dedos. La pelota, como si tuviera vida propia, se
desliza y cruza el límite de la portería. El comentarista deportivo: -Goooooooooooooooooooooooooool,
gooooooooooooooooool, gooooooooooooooo, gol, gol, gol, gol, gol, gol, gol, gol,
gol, gol,…señores, gol, señores, gol, golazo de Van Nistelrooy, señores, gol
del Madrid. El periodista deportivo que retransmite el partido parece haberse vuelto loco. Sólo grita
“¡Gol!,¡gol!, ¡gol!…” con
todas las intensidades posibles, con todas las duraciones posibles. Grita tanto
que se le quiebra la voz. Paco, Pilar y Luisa están botando sobre el suelo, abrazados por el cuello: -¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!
¡Haaaaaaaaala Madrid! Montse se va a buscar otra cerveza
fría. Coral mastica cacahuetes como si fueran de hierro. Ricardo está
echando sapos y culebras por su boca: - ¡Cago en dena! Este tío está
“colgao”, hombre…por favor….(refiriéndose
al portero, claro). Pero si la tenía
en las manos, si ya la tenía…¡Cago en dena! En otro universo, Luis y Alejandra se preparan ante un desenlace
inesperado. Luis: -Vale,
ahora sí que la cosa se pone interesante…Hay que desempatar. Alejandra: - Ja,
ja, ja,…Mira, me voy a tomar otra copita de vino, a la salud de ambos equipos. Montse: -Bueno,
guapos, sin jorobar,¿eh? Que no está el horno para bollos. Pilar: - Si vais a cachondearos, mejor no lo veáis. Luis: - ¡Ya empezamos!…Venga, Montse, mujer, un poco de
humor rebaja tensión. Montse: - Es que no quiere rebajar ninguna tensión, sólo
quiero… ¡machacarlos! Alejandra: - Montse, que te pierdes, calma. Paco: - Oye, los que sois tan calmados, ¿no podríais
callaros un poco? Alejandra: - ¡Pues no, guapo, sólo faltaría! Ricardo: - ¡Mirad,
mirad! Iniesta se está acercando otra vez, ¡mira,mira! Coral:- ¡Mierda! Ya se la han quitado otra vez. No hay
derecho, los merengues están muy leñeros. Esa entrada es falta. Luisa: -¡Que
va a ser falta! Ha tocado limpiamente la pelota. Montse: - Sí, sí,…limpiamente, y entonces…¿por qué Iniesta
está en el suelo? Paco: -¡Porque
tiene mucho cuento! ¿Pero no lo ves? Si está mirando a ver si se acerca el
árbitro…¡Será falso! Ricardo: - Oye, tío, que le han entrado mal. Mira, hombre,
mira…, mira la jugada a cámara lenta, ¿lo ves? Eso es una patada, ¡y es falta! Paco: -¡Pero
tío, tú eres burro, o qué! ¿No ves que la bota toca la pelota? Ricardo: -Oye…lo
de burro, sobra. Paco: -Vale,
hombre, es una forma de hablar…, perdona. Alejandra: -¿Quién
quiere vino? Todos:
¡Yo, yo, yo, yo ,yo,…! Los ánimos se calman un poco, al menos en relación a las palabras. Las caras y las actitudes
corporales parecen decir lo contrario. Estamos en el minuto 72 de la segunda parte; sólo faltan 18 minutos para el final del partido. La afición culé hace la ola, corea consignas barcelonesas, patea
en las gradas, grita los nombres de sus jugadores. La afición merengue hace la ola, corea consignas madridistas,
patea en las gradas, grita los nombres de sus jugadores. Desde la mitad de su propio campo, Edmilson dispara
la pelota hasta el centro del campo. La recoge Iniesta, que intenta avanzar con ella. Le sale al paso Guti, que se la arrebata. Detrás está Van Bommel, que se la quita a Guti; Van
Bommel a Chavi Hernández, la tiene Xavi Hernández; Xavi Hernández a Samuel Eto´o; Eto´o avanzando a toda velocidad, se para una décima de segundo y ve el mapa del
campo. La envía a Messi, Messi a
Maxi López, Maxi López, en una elipse perfecta, la hace llegar a Ronaldinho que chuta como si estuviera jugando con niños, sin tensión,
alegremente, sin nervios; mira la portería, chuta suavemente y….
¡Gol! Periodista:- ¡Go! ¡Gol! ¡Gol,
gol, gol, gol ,gol, gol, gol, gol, gol, gol! ¡Gooooooooooooooooooooooooooool!
Gol del Barça, señores, gol del Barça; qué golazo, qué golazo de Ronaldinho;
segundo gol del Barça, segundo tanto del equipo azulgrana. Dos a uno, señores,
2 a 1 en el minuto 75 del encuentro, a 15 minutos del final. La emoción
desbordada en las gradas, la afición volcada con su equipo; el nombre de
Ronaldinho es un clamor, señores, un clamor. La gradería se viene abajo, la
afición culé está en pie, corean el nombre de este hombre que mete los goles
como sólo las grandes estrellas de fútbol saben hacerlo. Ronaldinho ha marcada
el segundo gol; qué gol, señores, qué gol, un gol de antología, un gol para el
recuerdo. El comentarista ya no
tiene más adjetivos para el ídolo, se está quedando sin voz -igual que yo-, sin
adjetivos y sin adrenalina. Mientras tanto, en el piso de nuestras amigas, la hinchada culé (Montse,
Coral y Ricardo) se están quedando también sin voz. Brindan con las copas
de vino, les dan palmaditas “humillantes” en
la espalda a sus amigos merengues, le gritan al Barça, corean
el nombre de sus jugadores, ahora,
sobre todo, el de Ronaldinho. Están
rojos como pavos, sofocados, excitados, hiperexcitados, a punto del infarto,… Luis y Alejandra sonríen y disfrutan del momento de gloria de sus
amigos. Paco, Pilar y Luisa miran fijamente la pantalla, reniegan por lo bajini, o directamente fingen no darle
importancia al gol de Ronaldinho, puesto que, según su opinión, aún falta lo
mejor. A 10 minutos del final, en el minuto ochenta de la segunda
parte, la pelota está en manos (“en pies” diríamos, mejor, si el lenguaje nos dejara) del Madrid. Los jugadores culés intenta retener la pelota
para conservar el resultado a su favor, pero los merengues no están
dispuestos a colaborar en el secuestro de la pelota. Balboa avanza,
librándose de Iniesta, que le entra lateralmente y le hace caer. - ¡Falta! ¡Falta! Grita Paco. Pero el árbitro no ve tal falta y la
pelota va a para a los pies de Thierry Van Nistelrooy. Cuando Van Nistelrooy toca
la pelota con su bota, el campo atruena, la hinchada merengue enloquece; el trueno del conjunto de las voces parece que vaya a derribar el estadio. Thierry Van Nistelrooy parece un dios en el campo. No parecen preocuparle los jugadores que le van saliendo al paso, los
esquiva elegantemente, sin
esfuerzo. Avanza como una figura irreal a través del campo, como si el resto
del mundo no fuera con él, como si la serenidad creciese en él en la misma
medida que la tensión crece a su alrededor. El portero del Barça se
prepara, en tensión, con la mirada fija en cada movimiento de Van
Nistelrooy. Sabe que Van Nistelrooy es peligroso, extremadamente peligroso. Los defensas azulgrana van a por todas: hay
que detenerle como sea. Pero así es el fútbol y sus
estrellas. Por eso son estrellas,
porque son excepcionales, porque ejecutan
hazañas en el terreno de juego, porque
saben levantar a las masas con su
habilidad y su magia. Paco está gritando,
fuera de sí: - Corre, tío, venga, chuta, chuta,
vamos, vamos, ya es nuestra…vamos a marcar, vamos a marcar, ya es nuestro el
gol, se ve venir, se ve venir, si ya está aquí, ya está aquí,…. Pilar tampoco se queda atrás. Pilar: - Está chupao, está chupao, va a ser gol, va a ser
gol; venga, Van Nistelrooy, que tú puedes, venga, venga, corre, corre,… Luisa está a punto de “infartarse”: Luisa: -¡Ya,
ya, ya, ya! ¡Ya está! ¡Venga! ¡Ya, ya , ya, ya! Van Nistelrooy dispara hacia arriba, pero con efecto, hacia arriba, con un pequeño giro de la pelota hacia
la derecha y a la esquina de la portería. Víctor Valdés se tira a por ella como un león, hace una estirada imposible, como si fuera de
goma, y, aún y así, … la pelota le pasa por encima del cuerpo y cae, cae dentro, dentro
de la portería,… es un golazo de Van Nistelrooy,
es un gol al Barça. La afición culé se descontrola. Los gritos de protesta resuenan hasta en los cimientos del estadio. El comentarista deportivo se
desgañita cantando el nuevo gol, en
los minutos finales del partido: - Gol,señores, gol,
gooooooooooooooooooooooool, gol, gol, gol, gol, gol, gol, gol, espectacular gol
de Van Nistelrooy. Gol del Madrid, señores, gol de los blancos, cuando ya
parecía sentenciado el partido. A 4 minutos del final, señores, a 4 minutos del
final del partido: Madrid,2, Barça, 2. Empate de los dos grandes. La emoción
nos ahoga, señores, sí , un partido…, un partido de infarto, toda la emoción de
un partido entre los dos colosos; y con cuatro goles, señores, cuatro, dos del
Barça, dos del Madrid, ¡qué partidazo estamos viendo! ¡Qué duelo de gigantes!
¡Qué golazos, señores, qué golazos! Esto es auténtico fútbol, señores, emoción
en estado puro, puro deporte, puro arte. Paco, Pilar y Luisa ríen a
carcajadas, gritan, saltan y les devuelven las palmaditas a sus amigos
barcelonistas que aparentan
guardar la calma y procuran que no se
les note mucho la frustración. Los cuatro últimos minutos del partido, hay alguna falta, algún
fuera de juego, algún nuevo intento de gol, pero es partido, ahora, está
sentenciado. El árbitro, mirando su reloj, levanta la mano y pita el
final del duelo. Luis y Alejandra murmuran. Alejandra: - Suerte que ha sido un empate. Así tendremos un
noche “sin “sangre”. Luis: - Bueno, bueno…, espera, espera, aún faltan los
comentarios y reproches de las dos primeras horas, y que seguro que serán un
poco sangrientos, pero luego podremos hablar de otras cosas. Alejandra: -¡Eso
espero! Ja ja ja… Luis: -¿Qué,
chicos? ¿Vamos a dar una vuelta y a despejarnos un poco? * * *