Nos habíamos quedado al
final de la primera parte, escuchando proclamar a Toni que estaba loco por
Alice, ¿recordáis? Toni plantea que por qué
enamorarse tiene que ir unido a una crisis. Pero añade que no, que en realidad
no era eso exactamente eso, que… lo que pasa realmente es que: - …mi vida ha dado un
vuelco. Un vuelco es lo que da un
coche cuando pierde el control a mucha velocidad. El coche vuelca, se pone del
revés, boca abajo. También cuando tenemos,por
ejemplo, un gran susto o una gran sorpresa, decimos que “el corazón nos ha dado
un vuelco”. Referido a la vida, como en el caso de Toni, significa que ha
habido grandes y radicales cambios; muchos cambios e importantes. Ante la pregunta del
psicoanalista sobre qué tipo de vuelco ha dado su vida, Toni explica que ya no
tiene la “tranquilidad” con la que venía viviendo los últimos años, saliendo
con amigos, yendo a comer con mami, viajando o (como él lo expresa) teniendo un
“rollito” de vez en cuando. Un “rollito”, en este
contexto, es una relación ocasional, probablemente breve en el tiempo, y también
probablemente de carácter más sexual que amoroso y sin demasiadas pretensiones
de continuidad o de futuro. El mismo dice: - Una vida sin
complicaciones, sin preocupaciones. Una vida sin problemas, sin
compromisos serios, fácil. Al explicarle al
psicoanalista cómo conoció a Alice, acaba diciéndole: - Fue empezar a hablar y colgarme
de ella. Fijaos en este estructura.
A ver, dos cositas. Cuando empezamos una frase con: “Fue…+ un infinitivo….y +
infinitivo”, equivale a: “En el momento en que (tal cosa), también (tal otra)”.
En esta frase, Toni podría
decir: - En el mismo momento en
que empezamos a hablar, me quedé colgado de ella. Pero es más enfático decir: - Fue empezar a hablar y
quedarme colgado de ella. (Fue + empezar (…) y +
quedar(me)…) O: - Fue ver al otro coche y
saber que habría un accidente. (Fue ver … y saber…) O: - Fue olvidarme de la
hipoteca y empezar a vivir feliz. (Fue olvidar…y empezar….) O: - Fue casarnos y empezar a
ir todo mal. En definitiva, tan pronto
pasa una cosa, pasa otra simultáneamente, al mismo tiempo : “Fue pasar tal cosa
y pasar tal otra”. La otra cosita es el verbo “colgarse”
que en un contexto así, de relaciones, o de parejas, “colgarse de alguien” es
enamorarte totalmente de alguien, padecer una total dependencia emocional
respecto a la otra persona (el amor, sí señor). Cuando el psicoanalista le
pregunta: - ¿Colgarse? Toni se lo explica con otro
verbo perteneciente también a la jerga de la gente más joven: Primero dice: - Fue empezar a hablar y
colgarme de ella. Y concreta: - Sí, quedarme flipado con
ella. En relación a cosas, cosas
materiales, “colgar” es algo tan sencillo como poner una cosa, elevada, a una
distancia del suelo: colgar tu vestido en la percha, en el armario; o
probablemente el ejemplo que más conoceréis: colgar un cuadro en la pared,etc.
Colgar a una persona, ya es cosa grave, es darle muerte colgándola por el
cuello. Referido a estados físicos
o psíquicos de las personas, originalmente, “colgarse”, o “estar colgado”, o “flipar”, son verbos atribuídos normalmente a
estados…-¿cómo podríamos decir?- …Bien, lo que se dice usualmente en estos
casos, con esta frase: son verbos atribuídos normalmente a….estados alterados
de conciencia, a causa de medicinas, sustancias tóxicas o a causa de drogas
directamente. Ves a alguien que ha bebido
mucho, o que ha consumido algún estupefaciente, que va tambaleándose o con la
mirada perdida, y se dice: - ¡Ese tío va muy
colgado! o - ¡Menudo cuelgue
lleva! o - ¡Va muy flipado! Actualmente, ambos verbos
han pasado a usarse de forma muuucho más coloquial y su uso se ha extendido a
muchísimos otros estados físicos o psíquicos de la gente y han incluído, además, características positivas en ellos. Por ejemplo, puedes decir: - ¡Qué flipe de película!
Pero qué buena…¡Es una pasada! O bien: - Tío, me acabo de
encontrar a mi primer amor del Instituto. ¡Uf! Todavía estoy flipando. O también: - Estoy colgadísimo de la
astronomía. Me paso dos horas con el
telescopio cada noche. O bien: - Flipo con la música de
Van Morrison. Una precaución: no confundáis
“estar colgado de “, tal y como lo acabamos de comentar, con “ser un colgado”,
expresión, esta última, que suele atribuirse a quien se droga habitualmente. Toni busca expresiones más
clásicas para hacerse entender: - Colgarme, sí, quedarme
flipado con ella. Vamos, enamorarme a primera vista, ya sabe, ¿no?, el típico
flechazo. El “amor a primera vista”
es el amor que surge súbitamente tras un primer contacto con la otra persona.
El factor desencadenante puede ser una mirada, unas palabras, un roce, un
baile,… algo breve, pero muy intenso, que hace que dos personas contacten de
inmediato, que se gusten en seguida e incluso que puedan enamorarse
repentinamente, tras un breve contacto. También le llamamos “flechazo”
a este tipo de enamoramiento súbito. Cupido, el dios del amor, te dispara una
de sus flechas directamente al corazón y este “flechazo” te deja colgado de la
otra persona, te deja rendido de amor ante ella. Toni prosigue su
introspección diciéndole al psicoanalista que lo que antes hacía, su anterior
estilo de vida, ya no tiene mucho sentido para él. El sentido, ahora, está en
Alice, en estar junto a ella y en compartirlo todo con ella. Toni le explica que su
antigua tranquilidad se ha ido al carajo, se ha evaporado, ya no existe. Cuando algo se va al carajo
es porque se ha estropeado, porque ya no funciona.Os deletro “carajo” porque me
imagino que os suena un poco rarito: c a r a j o. Hay muchas expresiones
habituales y de uso cotidiano que contienen esta palabra, carajo, pero
pondremos un par de ejemplos con las más comunes: - Estoy harto de ti y de
tus celos ¡Vete al carajo y déjame en paz! - ¡No se puede hablar
contigo! ¡Siempre te coges unos enfados del carajo! - ¿Pero qué carajo quieres
decir? No te entiendo, explícate de una vez. Toni dice que todavía no le
ha pedido a Alice salir juntos. Bueno, no se lo ha pedido formalmente, no ha
dicho todavía las palabras convencionales, necesarias para formalizar
verbalmente la relación. Toni, ahora, empieza a
preocuparse por el futuro y esto le lleva a pensar que está perdiendo su
autonomía, su libertad. Cuando quiere matizar sus últimas
palabras, el psicoanalista le avisa de que la sesión ha terminado. Toni se queja se queja
mucho: - ¿Ahora que me había
desbloqueado? “Desbloquearse” es no estar
ya bloqueado, es tener fluidez verbal para expresar lo que se quiere, decir las
cosas con facilidad. Se despiden. Toni sale con
una extraña sensación: la de haber empezado a abrir alguna puerta de su
interior y eso… eso da un poco de miedo. Pero sabe que necesita hacerlo. Y lo
hará, sí que lo hará, por él mismo y por Alice. * * * Y ahora, amigos, vamos a
sentarnos en el sofá de la consulta del psicoanalista, donde Toni está tumbado
en el diván y está empezando a analizar su situación. Vamos a escucharlos desde
muy cerquita, con el fin de oir su diálogo tal y como se ha producido
realmente, sin modificar ni su ritmo ni su velocidad. Toni :- Pues…la verdad, doctor, no
sé por dónde empezar… Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Es un poco difícil meterte
en una situación como ésta, hablar de uno mismo, no sé…, explicar tus
intimidades. Psiconalista : (Silencio) Toni :- Podría empezar por hablarle
de mi infancia, de mis padres, de…, pero no, creo que no lo haré, es un poco…un
poco peliculero. Psicoanalista : (Silencio) Toni : Podría, no sé…, ¡Uf! Tengo
como una especie de bloqueo que no me ayuda nada a ordenar mis ideas. Psicoanalista : ¿Por qué no empieza usted por nombrar cuál es
el motivo por el que viene? Toni :- ¡Hostia, sí!, ¡seré idiota!
Eeeeeh, disculpe por la palabrota, doctor. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- El motivo por el que estoy
aquí es que estoy pasando como una especie de crisis. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Sí, estoy en crisis porque
no sé…no sé cómo gestionar mi vida en estos momentos. Todo está patas arriba y
no sé por dónde empezar. Psicoanalista :- Podría empezar por el principio, si lo hay. Toni :- Lo hay, sí, lo hay. Bueno,
es… es…. para resumir, podría decir que…lo que ha pasado realmente es que he
conocido a una chica y estoy loco por ella. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Bueno, y… usted pensará ¿y
por qué enamorarse tiene que provocar una crisis, no? Es que no es eso, o
bueno, no es exactamente eso, es que… mi vida ha dado un vuelco. Psicoanalista :- ¿Qué clase de vuelco? Toni :- Pues mire, yo tenía una vida
la mar de tranquila: mi trabajo, mis amigos, comer dos veces por semana con mi
madre, algún rollito ocasional, viajar,…en fin, una vida sin preocupaciones. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Bueno, pues… hace tres
meses conocí a una chica, Alice, en la fiesta de otra amiga; fue empezar a
hablar y colgarme de ella. Psicoanalista : - ¿Colgarse? Toni :- Sí, quedarme flipado con
ella. Vamos, enamorarme a primera vista; en fin, el típico flechazo, ya me
entiende… Psicoanalista :- Continúe. Toni :- Bueno, pues la cosa es que,
en estos momentos, lo que antes
hacía, no tiene ya sentido para mí. Lo único que tiene sentido es Alice, estar
con ella, compartirlo todo con ella. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Mi antigua tranquilidad, se
ha ido al carajo. Estoy preocupado por mi futuro,o mejor, por nuestro futuro, y…
no sé qué hacer, no sé si pedirle que salgamos juntos, o no pedírselo todavía,
o qué… o sea, formalizar la relación, ¿me entiende? Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Es que… Tengo la sensación
de que estoy perdiendo mi autonomía, mi libertad. Pero… pero, por otra parte… Psicoanalista :- Lo dejamos aquí, señor Ruiz. Es la hora. Toni :- ¿Que lo dejamos aquí? ¿Ahora
que me había desbloqueado? Psicoanalista :- Las sesiones tienen una duración de 30 minutos
y la nuestra ha concluído. Le veo el próximo martes. Toni :- Esto…¡Uf! ¡Claro, claro,
por supuesto! De acuerdo, gracias doctor, hasta el martes.