Toni va al psicoanalista (II)

Toni va al psicoanalista (II)

  

Nos habíamos quedado al final de la primera parte, escuchando proclamar a Toni que estaba loco por Alice, ¿recordáis?

 

Toni plantea que por qué enamorarse tiene que ir unido a una crisis. Pero añade que no, que en realidad no era eso exactamente eso, que… lo que pasa realmente es que:

- …mi vida ha dado un vuelco.

Un vuelco es lo que da un coche cuando pierde el control a mucha velocidad. El coche vuelca, se pone del revés, boca abajo.

También cuando tenemos,por ejemplo, un gran susto o una gran sorpresa, decimos que “el corazón nos ha dado un vuelco”. Referido a la vida, como en el caso de Toni, significa que ha habido grandes y radicales cambios; muchos cambios e importantes.

Ante la pregunta del psicoanalista sobre qué tipo de vuelco ha dado su vida, Toni explica que ya no tiene la “tranquilidad” con la que venía viviendo los últimos años, saliendo con amigos, yendo a comer con mami, viajando o (como él lo expresa) teniendo un “rollito” de vez en cuando.

Un “rollito”, en este contexto, es una relación ocasional, probablemente breve en el tiempo, y también probablemente de carácter más sexual que amoroso y sin demasiadas pretensiones de continuidad o de futuro.

El mismo dice:

- Una vida sin complicaciones, sin preocupaciones.

Una vida sin problemas, sin compromisos serios, fácil.

 

Al explicarle al psicoanalista cómo conoció a Alice, acaba diciéndole:

- Fue empezar a hablar y colgarme de ella.

 

Fijaos en este estructura. A ver, dos cositas. Cuando empezamos una frase con: “Fue…+ un infinitivo….y + infinitivo”, equivale a: “En el momento en que (tal cosa), también (tal otra)”.

En esta frase, Toni podría decir:

- En el mismo momento en que empezamos a hablar, me quedé colgado de ella.

 

Pero es más enfático decir:

 

- Fue empezar a hablar y quedarme colgado de ella.

(Fue + empezar (…) y + quedar(me)…)

O:

- Fue ver al otro coche y saber que habría un accidente.

(Fue ver … y saber…)

O:

- Fue olvidarme de la hipoteca y empezar a vivir feliz.

(Fue olvidar…y empezar….)

O:

- Fue casarnos y empezar a ir todo mal.

 

En definitiva, tan pronto pasa una cosa, pasa otra simultáneamente, al mismo tiempo : “Fue pasar tal cosa y pasar tal otra”.

 

La otra cosita es el verbo “colgarse” que en un contexto así, de relaciones, o de parejas, “colgarse de alguien” es enamorarte totalmente de alguien, padecer una total dependencia emocional respecto a la otra persona (el amor, sí señor).

Cuando el psicoanalista le pregunta:

- ¿Colgarse?

Toni se lo explica con otro verbo perteneciente también a la jerga de la gente más joven:

Primero dice:

- Fue empezar a hablar y colgarme de ella.

Y concreta:

- Sí, quedarme flipado con ella.

En relación a cosas, cosas materiales, “colgar” es algo tan sencillo como poner una cosa, elevada, a una distancia del suelo: colgar tu vestido en la percha, en el armario; o probablemente el ejemplo que más conoceréis: colgar un cuadro en la pared,etc. Colgar a una persona, ya es cosa grave, es darle muerte colgándola por el cuello.

Referido a estados físicos o psíquicos de las personas, originalmente, “colgarse”, o “estar colgado”, o “flipar”,  son verbos atribuídos normalmente a estados…-¿cómo podríamos decir?- …Bien, lo que se dice usualmente en estos casos, con esta frase: son verbos atribuídos normalmente a….estados alterados de conciencia, a causa de medicinas, sustancias tóxicas o a causa de drogas directamente.

Ves a alguien que ha bebido mucho, o que ha consumido algún estupefaciente, que va tambaleándose o con la mirada perdida, y se dice:

- ¡Ese tío va muy colgado!     o

- ¡Menudo cuelgue lleva!    o

- ¡Va muy flipado!

 

Actualmente, ambos verbos han pasado a usarse de forma muuucho más coloquial y su uso se ha extendido a muchísimos otros estados físicos o psíquicos de la gente y han incluído, además,  características positivas en ellos.

 

Por ejemplo, puedes decir:

- ¡Qué flipe de película! Pero qué buena…¡Es una pasada!

O bien:

- Tío, me acabo de encontrar a mi primer amor del Instituto. ¡Uf! Todavía estoy flipando.

O también:

- Estoy colgadísimo de la astronomía. Me paso dos horas con el  telescopio cada noche.

O bien:

- Flipo con la música de Van Morrison.

 

Una precaución: no confundáis “estar colgado de “, tal y como lo acabamos de comentar, con “ser un colgado”, expresión, esta última, que suele atribuirse a quien se droga habitualmente.

 

Toni busca expresiones más clásicas para hacerse entender:

- Colgarme, sí, quedarme flipado con ella. Vamos, enamorarme a primera vista, ya sabe, ¿no?, el típico flechazo.

El “amor a primera vista” es el amor que surge súbitamente tras un primer contacto con la otra persona. El factor desencadenante puede ser una mirada, unas palabras, un roce, un baile,… algo breve, pero muy intenso, que hace que dos personas contacten de inmediato, que se gusten en seguida e incluso que puedan enamorarse repentinamente, tras un breve contacto.

También le llamamos “flechazo” a este tipo de enamoramiento súbito. Cupido, el dios del amor, te dispara una de sus flechas directamente al corazón y este “flechazo” te deja colgado de la otra persona, te deja rendido de amor ante ella.

Toni prosigue su introspección diciéndole al psicoanalista que lo que antes hacía, su anterior estilo de vida, ya no tiene mucho sentido para él. El sentido, ahora, está en Alice, en estar junto a ella y en compartirlo todo con ella.

Toni le explica que su antigua tranquilidad se ha ido al carajo, se ha evaporado, ya no existe.

Cuando algo se va al carajo es porque se ha estropeado, porque ya no funciona.Os deletro “carajo” porque me imagino que os suena un poco rarito: c a r a j o.

Hay muchas expresiones habituales y de uso cotidiano que contienen esta palabra, carajo, pero pondremos un par de ejemplos con las más comunes:

 

- Estoy harto de ti y de tus celos ¡Vete al carajo y déjame en paz!

- ¡No se puede hablar contigo! ¡Siempre te coges unos enfados del carajo!

- ¿Pero qué carajo quieres decir? No te entiendo, explícate de una vez.

 

Toni dice que todavía no le ha pedido a Alice salir juntos. Bueno, no se lo ha pedido formalmente, no ha dicho todavía las palabras convencionales, necesarias para formalizar verbalmente la relación.

Toni, ahora, empieza a preocuparse por el futuro y esto le lleva a pensar que está perdiendo su autonomía, su libertad.

Cuando quiere matizar sus últimas palabras, el psicoanalista le avisa de que la sesión ha terminado.

Toni se queja se queja mucho:

- ¿Ahora que me había desbloqueado?

“Desbloquearse” es no estar ya bloqueado, es tener fluidez verbal para expresar lo que se quiere, decir las cosas con facilidad.

Se despiden. Toni sale con una extraña sensación: la de haber empezado a abrir alguna puerta de su interior y eso… eso da un poco de miedo. Pero sabe que necesita hacerlo. Y lo hará, sí que lo hará, por él mismo y por Alice.

 

 

*   *   *

 

 

Y ahora, amigos, vamos a sentarnos en el sofá de la consulta del psicoanalista, donde Toni está tumbado en el diván y está empezando a analizar su situación. Vamos a escucharlos desde muy cerquita, con el fin de oir su diálogo tal y como se ha producido realmente, sin modificar ni su ritmo ni su velocidad.


 

Toni :- Pues…la verdad, doctor, no sé por dónde empezar…

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Es un poco difícil meterte en una situación como ésta, hablar de uno mismo, no sé…, explicar tus intimidades.

Psiconalista : (Silencio)

Toni :- Podría empezar por hablarle de mi infancia, de mis padres, de…, pero no, creo que no lo haré, es un poco…un poco peliculero.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni : Podría, no sé…, ¡Uf! Tengo como una especie de bloqueo que no me ayuda nada a ordenar mis ideas.

Psicoanalista : ¿Por qué no empieza usted por nombrar cuál es el motivo por el que viene?

Toni :- ¡Hostia, sí!, ¡seré idiota! Eeeeeh, disculpe por la palabrota, doctor.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- El motivo por el que estoy aquí es que estoy pasando como una especie de crisis.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Sí, estoy en crisis porque no sé…no sé cómo gestionar mi vida en estos momentos. Todo está patas arriba y no sé por dónde empezar.

Psicoanalista :- Podría empezar por el principio, si lo hay.

Toni :- Lo hay, sí, lo hay. Bueno, es… es…. para resumir, podría decir que…lo que ha pasado realmente es que he conocido a una chica y estoy loco por ella.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Bueno, y… usted pensará ¿y por qué enamorarse tiene que provocar una crisis, no? Es que no es eso, o bueno, no es exactamente eso, es que… mi vida ha dado un vuelco.

Psicoanalista :- ¿Qué clase de vuelco?

Toni :- Pues mire, yo tenía una vida la mar de tranquila: mi trabajo, mis amigos, comer dos veces por semana con mi madre, algún rollito ocasional, viajar,…en fin, una vida sin preocupaciones.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Bueno, pues… hace tres meses conocí a una chica, Alice, en la fiesta de otra amiga; fue empezar a hablar y colgarme de ella.

Psicoanalista : - ¿Colgarse?

Toni :- Sí, quedarme flipado con ella. Vamos, enamorarme a primera vista; en fin, el típico flechazo, ya me entiende…

Psicoanalista :- Continúe.

Toni :- Bueno, pues la cosa es que, en estos momentos,  lo que antes hacía, no tiene ya sentido para mí. Lo único que tiene sentido es Alice, estar con ella, compartirlo todo con ella.

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Mi antigua tranquilidad, se ha ido al carajo. Estoy preocupado por mi futuro,o mejor, por nuestro futuro, y… no sé qué hacer, no sé si pedirle que salgamos juntos, o no pedírselo todavía, o qué… o sea, formalizar la relación, ¿me entiende?

Psicoanalista : (Silencio)

Toni :- Es que… Tengo la sensación de que estoy perdiendo mi autonomía, mi libertad. Pero… pero, por otra parte…

Psicoanalista :- Lo dejamos aquí, señor Ruiz. Es la hora.

Toni :- ¿Que lo dejamos aquí? ¿Ahora que me había desbloqueado?

Psicoanalista :- Las sesiones tienen una duración de 30 minutos y la nuestra ha concluído. Le veo el próximo martes.

Toni :- Esto…¡Uf! ¡Claro, claro, por supuesto! De acuerdo, gracias doctor, hasta el martes.

 

 




 © Spanishpodcast, 2007-2018