Toni :- Pues…la
verdad, doctor, no sé por dónde empezar… Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Es un
poco difícil meterte en una situación como ésta, hablar de uno mismo, no sé…,
explicar tus intimidades. Psiconalista : (Silencio) Toni :- Podría
empezar por hablarle de mi infancia, de mis padres, de…, pero no, creo que no
lo haré, es un poco…, un poco peliculero. Psicoanalista : (Silencio) Toni : Podría,
no sé…, ¡Uf! Tengo como un bloqueo que no me ayuda nada a ordenar mis ideas. Psicoanalista : ¿Por qué no empieza por nombrar cuál es el
motivo por el que viene usted? Toni :- ¡Hostia!
Sí, ¡seré idiota! Eeeeeh, disculpe por la palabrota, doctor. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- El
motivo por el que estoy aquí es que creo que estoy pasando, no sé, como una
especie de una crisis. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Sí,
estoy en crisis porque no sé…no sé muy bien cómo gestionar mi vida en estos
momentos. Todo está patas arriba y no sé… no sé por dónde empezar. Psicoanalista :- Podría usted empezar por el principio, si lo
hay. Toni :- Lo
hay, sí, lo hay. Bueno, es… a ver…. bueno, para resumir, podría decir que…
bueno, lo que ha pasado es que he conocido a una chica y la verdad es que estoy
loco por ella. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Bueno,
y… usted pensará que por qué enamorarse tiene que provocar una crisis, no? Lo
que pasa es que no es eso, bueno,no es exactamente eso, es que… mi vida ha dado
un vuelco. Psicoanalista :- ¿Qué clase de vuelco? Toni :- Pues
mire, yo tenía una vida la mar de tranquila: mi trabajo, mis amigos, comer dos
veces por semana con mi madre, algún rollito ocasional, viajar,…en fin, una
vida sin preocupaciones. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Bueno,
pues… hace tres meses conocí a una chica, Alice, en la fiesta de otra amiga, y
fue empezar a hablar y colgarme de ella. Psicoanalista : - ¿Colgarse? Toni :- Sí,
bueno, quedarme flipado con ella. Vamos, enamorarme a primer vista; en fin, el
típico flechazo, ya me entiende… Psicoanalista :- Continúe. Toni :- Bueno,
pues la cosa es que, en estos momentos, lo que antes hacía, en realidad, ahora,
no tiene ya sentido para mí. Lo único que tiene sentido es Alice, estar con
ella, compartirlo todo con ella. Psicoanalista : (Silencio) Toni :- Mi
antigua tranquilidad se ha ido al carajo. Estoy preocupado por nues…, por mi
futuro, por nuestro futuro, y… no sé qué hacer, no sé si pedirle que salgamos
juntos, o no hacerlo todavía, o qué… bueno, estoy hablando de formalizar la
relación, ¿me entiende? Psicoanalista : (Largo silencio) Toni :- Es que…
Tengo la sensación de que pierdo mi autonomía, mi libertad. Pero… pero, por
otra parte, … Psicoanalista :- Lo dejamos aquí, señor Ruiz. Es la hora. Toni :- ¿Que
lo dejamos aquí? ¿Ahora que me había desbloqueado? Psicoanalista :- Las sesiones tienen una duración de 30
minutos y la nuestra ha concluído. Le veo el próximo martes. Toni :- Esto…¡Uf!
¡Claro, claro, por supuesto! De acuerdo, gracias doctor, hasta el martes. * * * En
nuestro podcast de hoy, nos adentramos en una situación sorprendente: Toni ha
ido al psicoanalista. Lleva tres meses viéndose con Alice, aunque ninguno de los dos dice que estén saliendo juntos;
ambos dicen que se están viendo mucho, casi a diario, pero nada más… Toni
está colado por Alice, está loco
por ella, muy enamorado. Se lo pasan en grande juntos, hablan sin parar, comparten gustos y
aficiones, nunca quieren despedirse… Hasta ahí, bien. Pero
Toni está viviendo esta situación de una forma…, de una forma que podríamos
llamar ambivalente, un tanto contradictoria.
Por
un lado, estar con Alice es su máxima aspiración al despertarse cada mañana.
Alice se ha convertido en la alegría de su vida, en el objetivo de todos sus
deseos. Pero
por otro lado, Toni ya no es quien era: sale mucho menos con sus amigos de toda
la vida, el amor le ha quitado el apetito y come poco, ha empezado a hacer planes
de futuro (asunto que, francamente, hasta ahora le traía sin cuidado) y no
tiene control alguno sobre las sensaciones corporales que le invaden a diario, ni siquiera sobre el ejército de mariposas
que le revolotean por el estómago cuando piensa
en Alice o cuando va a encontrarse con ella. Creo
que en todas las lenguas se decir algo parecido, algo relacionado con tener
mariposas en el estómago cuando te enamoras ¿Sabéis a qué tipo de sensación me
refiero, verdad? A
raíz de todo esto, Toni se siente estresado, está agobiado. Ha empezado a darle vueltas a las cosas, vueltas y más vueltas, pero
no encuentra las palabras adecuadas que le ayuden a poner orden en ese ciclón
de ideas que le ocupa la cabeza día y noche. En
un momento dado, Toni se ha dado cuenta de que necesitaba ayuda. Y la mejor ayuda cuando necesitas hablar de ti mismo y necesitas también
encontrar algunas verdades sobre ti mismo, es tumbarte en el diván de un
psicoanalista. Toni
ha contactado con un psicoanalista argentino que había tratado a dos de sus
amigos. Al principio se resistía, pero al ver que no lograba controlar su
ansiedad, se ha decidido a iniciar una terapia, o un ciclo de sesiones con él. En su primera sesión, Toni está un poquito
nervioso, la verdad es que no sabe por dónde empezar. Le dice al doctor que le resulta difícil hablar de uno mismo, explicar
las propias intimidades. Explicar
intimidades es explicar nuestros sentimientos
más íntimos, nuestras interioridades; es explicar cosas muy nuestras, algunas
de las cuales son casi secretas, son cosas que no compartimos con casi nadie,
o, en todo caso, con un amigo muy especial, muy íntimo. Explicar intimidades no
es fácil. Para mucha gente, significa enfrentarte a ti mismo, mirarte por
dentro y encontrar palabras sinceras que expliquen algo de lo que pasa ahí
dentro. Toni
recuerda algún tópico sobre esto del diván y del psicoanalista y por eso dice
que “podría empezar por hablar de su infancia, de sus padres…”, aunque
inmediatamente se da cuenta de que se está escudando tras un tópico monumental,
y -como él dice- un poco “peliculero”, un poco de película a lo Hitchcock, como el Gregory Peck de “Recuerda”,
o similar. Por
eso ha usado el condicional de “poder”, porque sólo era una hipótesis, una
posibilidad: -
Podría empezar por hablarle de…. Es
una frase que plantea una posibilidad entre otras. Toni
espera que el psicoanalista, el Dr. Starovinsky, le eche un cable, le ayude un poquito, pero el psicoanalista calla y espera que sea él, Toni,
quien encuentre las palabras que necesita. Y
Toni sigue proponiendo opciones, posibilidades: -
Podría…, no sé… Pero,¡pobre
Toni!, no puede continuar, no es capaz de continuar. Le
dice al psicoanalista que tiene como un bloqueo.
Este “como” es lo mismo que decir: “una especie de bloqueo”; o: “algo parecido a un bloqueo”; esto es: “tengo
como un bloqueo”. Un
bloqueo, ¿qué es un bloqueo?, pues es un obstáculo, es un frenazo a tu proceso de pensamiento, un colapso…Pues Toni tiene como un bloqueo, es decir, está como colapsado. Le
cuesta seguir, avanzar. No puede ordenar sus ideas con facilidad, fluidamente;
en estos momentos, no puede. Tras
unos cuantos largos silencios, el psicoanalista interviene, por primera vez,
intentando que Toni defina cuál es el motivo por el que ha solicitado sus
servicios. Por eso le pregunta justo eso, que cuál es el motivo de que esté allí,
cuál es la razón de que haya iniciado una serie de sesiones con él, dos veces
por semana. Toni
se da cuenta de que se ha ido por los cerros de Úbeda, que es como decir que se ha perdido totalmente en divagaciones inútiles,
o innecesarias, que no se ha centrado en lo básico: por qué está allí, tumbado en el diván, hablándole a un psicoanalista,
eso es lo básico ahora. No
olvidéis que divagar, o estar disperso al hablar, o hablar de lo innecesario
y olvidarse de lo básico, es “irse por los cerros de Úbeda”. Es largo, ya lo sé, y
probablemente os cueste un poquito decirlo, pero…mirad, practicad, practicad un
poco con esta frase, miradlo en la guía didáctica para ver cómo está escrita,
porque es que, realmente, se dice muchíiiisimo, muchísimo, de verdad, se dice
mucho en español: irse por los cerros de Úbeda, no poder centrarse y no ser
capaz de concretar lo importante. Toni
es consciente de que se ha ido por los cerros de Úbeda y por eso se enfada
consigo mismo. E incluso suelta (dice) un pequeño taco: -
¡Hostia! Vamos
a ver. Vamos a ir un poquito con esta palabra, que es una palabra que se dice
muchísimo en español, pero que hay que explicarla. Una
hostia es el barquillo, la galleta, que, en la
misa católica, recibe el nombre de Sagrada Forma y que, consagrada en la misa,
encarna (en este ritual) al cuerpo de Jesucristo. En la misa, es la Sagrada
Hostia y los fieles que asisten a misa comulgan
con ella, es la Hostia que se imparte en la comunión. Hasta aquí he explicado
el origen de la palabra. Pero…,
pero, pero, pero…como tantas otras veces, algo religioso se convierte en un
taco, en una palabra malsonante, cuando se pronuncia en una situación de queja,
o en la que alguien reniega de algo, se enfada mucho con algo y necesita soltar
una palabrota, que todos estos términos que diremos a continuación sirven para
designarlas: -
Un taco No
sólo los tacos de queso o de jamón de las tapas, sino que, fijáos, un taco es
una palabrota. Decir un taco, soltar un taco. -
Una palabra malsonante Malsonante,
“mal-sonante”: suena mal, ese es el origen. -
Palabrota ¿Qué
es una palabrota? Pues un taco. Una palabra grosera, vulgar, desagradable o, en
otras ocasiones, una expresión simplemente coloquial. Por
eso Toni dice: -
¡Hostia! “Hostia” es uno de los tacos que más
frecuentemente oiréis en español y que, en la actualidad, a pesar de ser un
taco, no es -ni mucho menos- la blasfemia que había sido en otros tiempos,
cuando se invocaba algo sagrado de forma irrespetuosa, o, mejor dicho, de forma
irreverente, una blasfemia. Actualmente,
mucha, muchísima gente dice “¡Hostia!” para expresar cosas normales: una
sorpresa, un susto, una admiración, un enfado.
Entre los jóvenes, es un elemento totalmente usual y redundante en cualquier
conversación. El
que te parezca una palabrota, una vulgaridad, una irreverencia o un expresión
coloquial, dependerá estrictamente de tus circunstancias como persona. Dices,
por ejemplo: -
¿Sabes que Juan se ha pegado una hostia impresionante con el coche? Pobre tío, está en el hospital. O
bien: -
¡Hostia, qué susto! No sabía que estabas
en casa… O: -
¡Qué mala hostia tiene el jefe! Mira
que hacernos trabajar en agosto. O
bien: -
Oye, no me vengas con hostias y dime la
verdad, ¿estás saliendo con alguien más, o no? O:
-
¡Eres la hostia, en serio! Este favor
no lo olvidaré en la vida. O
bien: -
Alonso iba a toda hostia. Ha quedado el
primero. O: -
¿El Nuevo Estadio? Huy, eso está en la quinta hostia. Mejor coger un taxi. Toni,
dice, pues: ¡Hostia,
sí! ¡Seré idiota! Y,
a continuación, se disculpa con el doctor por haber soltado una palabrota,
digamos. Fijáos
en que Toni dice: -¡Seré
idiota!, en futuro. Y…¿por que? ¿Por qué no dice: “soy
idiota”? ¿Qué os parece? ¿Por qué? Pues porque podemos usar el futuro simple
para enfatizar, para acentuar la perplejidad que
sentimos ante algo; en este caso, ante sí mismo, en el momento en que hablamos. Desde
luego que tiene un carácter más definitivo decir: “Soy idiota”, que “¡Seré
idiota!”, que es como decir: “Mira que no darme cuenta” o “Me he portado como
un tonto”, o similar. Seguro
que habréis oído decir muchas veces: -
¡Será posible! ¡Le está pegando a su hijo como
un salvaje! Como
una locución de incredulidad ante algo. En este caso es como decir: “¡No es
posible!¡Cómo le está pegando a su hijo” O: -
¡Será grosero! No da ni los buenos días cuando
entra a la oficina. No
se dice directamente “Es un grosero”, aunque puede decirse, por descontado.
Pero, para enfatizarlo, decimos: “Será grosero”: es como una expresión que pone
el énfasis en la grosería del compañero de oficina. Es como; “¡Qué grosero!”
Muy enfático. Finalmente,
Toni le dice al doctor que el motivo por el que está en la sesión es porque “está
pasando como por una especie de crisis”.Está pasando por una crisis. Después,
insiste en esta idea y vuelve a decirle que “está en crisis”. Estas
dos son las formas más habituales de decir que alguien está atravesando una
crisis. Lo
más habitual es decir: -
Estoy pasando por una crisis O -
Estoy en crisis. O: -
Estoy atravesando una crisis. Cuando alguien está en crisis es
porque atraviesa una situación difícil, delicada, con contradicciones. Puede ser una situación con problemas que producen serios
desequilibrios o que producen una gran inestabilidad. Se
usa en frases como: -
Miguel y Diana están
atravesando una grave crisis. No sé si podrán
salvar su matrimonio. O: -
Esta crisis económica arruinará nuestro
negocio. O: -
El Gobierno está en crisis. Han cesado a cinco
ministros. O
también: -
Ha tenido una crisis cardiaca y está
inconsciente. Toni
añade que no sabe cómo gestionar esta crisis,
no sabe cómo conducir su vida en estos momentos, en la actualidad. Saber
gestionar una crisis sería saber cómo actuar, qué decisiones tomar o qué pasos
dar para resolverla. Toni
le dice al doctor que todo está “patas arriba”,
una expresión más que frecuente en español para decir que las cosas están muy
liadas, caóticas. Las patas son las extremidades de los
animales, pero también se usan para designar coloquialmente las piernas de las
personas. Así que, cuando estás patas arriba estás al revés, estás mal situado. Toni
insiste de nuevo en que no sabe por dónde empezar y el psicoanalista interviene
de nuevo sugiriéndole que piense en el origen de esta situación, si es que
existe un origen visible, por eso le dice: -
Podría empezar por el principio, si lo hay. Toni
asiente: sí, sí…, sí que hay un origen. Ha conocido a una chica y está loco por
ella. Estar
loco por algo o por alguien es desear muchísimo
algo o a alguien. Es estar colado por alguien, o dicho de una forma más
convencional, es estar perdidamente enamorado de alguien, experimentar un amor
intenso e incontrolable por otra persona. Puedes
decir, por ejemplo: -
Estoy loca por irme de vacaciones. -
Estoy loca por Ramiro, sólo pienso
en él. -
Estoy loco por comprarme mi nueva
moto. -
Estoy loco por María, no puedo
controlarme, la llamo a todas horas. -
Te lo juro, estoy loco por ti, es la pura
verdad. Continuaremos
en la segunda parte de “Toni va al psicoanalista”. *
* * http://www.spanishpodcast.org info@spanishpodcast.org