Vamos al cine Guillermo llama a Ricardo para quedar. Es sábado al mediodía. Quieren ir a ver la última película de Clint Eastwood. Ricardo: - ¿Síiiii? Guillermo: - ¿Ricardo? Hola, soy Guillermo Ricardo: - Hola, ¿qué hay? Guillermo: - Te llamaba para quedar Ricardo: - ¡Aah! Mmm…¿Qué dijimos? Guillermo: - Que iríamos al cine, con Álvaro y José María, ¿te acuerdas? Ricardo: - Sí, sí. Es que..verás… anoche me acosté tarde y… estoy un poco espeso. Eeeeeh…. vale, a mí me va bien lo del cine. Guillermo :- De acuerdo. Quizás mejor ir a la segunda sesión. La primera es demasiado pronto. ¿no? Ricardo: - ¿A qué hora es,la segunda? Guillermo: - A las 6.30 Ricardo: - ¿En qué cine la ponen? Guillermo: - En el Aribau Ricardo. - Oye…¿Son numeradas las entradas? Guillermo: - Sí, claro. Es la sala grande. Ricardo: - Menos mal. Algunas de las salas pequeñas son una lata… Estooooo…Guillermo….¿Por qué no vas tú un poco antes, para coger buena fila? Guillermo: - ¡Pero que morro tienes, tío! ¡Venga ya, Ricardo! Quedamos todos a las seis, cerca del cine, tomamos un café y luego ¡los cuatro, a la cola! O todos o ninguno. Ricardo: - ¡Vaaale, vaale! ¡No te mosquees, tío! Era por si… Guillermo: - ¡Tranqui! Si no, ya veremos la película desde la primera fila, que se ve mucho más grande y con más detalle…ja ja ja… Ricardo: - ¡Menos guasa! Guillermo: - Vale. Venga, al final ¿llamas tú a José María? Yo llamo a Álvaro. Ricardo: - Sí, de acuerdo, ya, ya… A las seis, pero… ¿dónde? Guillermo: - En el bar que está justo enfrente del cine. Ricardo: - De acuerdo. Nos vemos. Guillermo: - Hasta luego…¡Y despéjate! * * * Nuestro diálogo de hoy empieza cuando Guillermo llama a Ricardo para quedar. Recordaréis que en otros episodios anteriores (nuestro episodio de la “Cena de Cunpleaños” o el de la “Cena de fin de curso”, la de los profesores), dijimos que “quedar” significaba concertar una cita para encontrarse, acordar una hora y un lugar para reunirse dos, o más, personas. Es ésta una expresión muy usual en español y seguro que necesitaréis saber usarla para entender de qué os hablan vuestros amigos y amigas españoles, al menos, en la primera etapa. “Quedar” se usa de muchas formas, entre otras: -¿Quedamos? -Sí, ¿a qué hora? -A las cinco -¿Dónde? -En la Plaza de Cataluña O: -¿Vienes a mi fiesta esta noche? -¡Oooooh! ¡Lo siento! Pero ya he quedado -¡Vaya! O: -¿Qué tal si quedamos para tomar un café y charlar? -Estupendo. Tengo muchas cosas que contarte. -¿Te va bien mañana, después del trabajo? -¡Hecho! ¿En el Café de la Ópera,como siempre? -Allí estaré De nuevo con nuestros amigos que quieren ir a ver la última película de Clint Eastwood. Querer + otro verbo en infinitivo, es una combinación que usamos constantemente en español. Unos ejemplos: - Mis amigas quieren ir a ver la exposición del Museo Picasso - Quiero visitar a mi amiga Carmen; está en el hospital - Queremos ir de vacaciones al norte de Europa - ¿Quieres ver las fotos de mi último viaje? - ¿Quieres saber lo que pienso sobre este problema? - ¡No quiero saber nada más de ella! - Guillermo quiere ir al cine Cuando suena el teléfono, Ricardo lo descuelga y dice lo más cómodo y corto que puede decir. Se ha despertado al oir el teléfono y está medio dormido. Por eso dice: - ¿Síiiiiiii…? Aunque podría decir también: - ¿Diga? - Dígame Guillermo reconoce la voz de Ricardo a medias. Por eso se asegura: - ¿Ricardo? Y, a continuación, se identifica, como hacemos todos cuando llamamos a alguien por teléfono: - Soy Guillermo Ricardo le saludo con una fórmula muy común entre amigos: - Hola, ¿qué hay? Y Guillermo le dice el motivo de telefonearle: - Te llamaba para quedar Que, como acabamos decir, es lo mismo que: dónde y a qué hora quedamos, o a qué hora y en qué lugar nos encontramos. Ricardo acaba de despertarse y está un poco dormido todavía. Se fue tarde a la cama y no sabe muy bien de qué le habla Guillermo. Por eso pregunta: - ¿Qué dijimos? De hecho, pregunta qué habían decidido hacer el sábado por la tarde; la verdad es que no se acuerda…Está medio dormido y no recuerda bien. Cuando pregunta : “¿Qué dijimos?”, pregunta realmente : ”¿Qué habíamos planificado para este sábado?”, pero, como los dos saben de lo que hablan, puede preguntarlo sin decirlo todo; por eso dice solamente : “¿qué dijimos?” Guillermo le recuerda que habían decidido ir al cine. Guillermo le pregunta a Ricardo si se acuerda y éste dice que sí. Pero Ricardo se disculpa por su olvido y se justifica explicando que se fue muy tarde a dormir y que, por eso, hoy está espeso. En español, “estar espeso” es lo contrario de “estar claro”. Cuando estás espeso, tu cerebro está poco flexible, poco ágil. Tu cabeza y tus pensamientos van lentos. Tu memoria, un poco ralentizada. En definitiva, estás denso, compacto, poco ágil… y ese estado es típico tras una noche “divertida”, con unas cuantas copas y no muchas horas de sueño. Guillermo propone que vayan a la sesión de las seis. En los cines españoles, hay un primer pase de la película, más o menos, a las 4 de la tarde (16 h) y a ésta la llamamos la primera sesión. Hay otra sesión de cine a las 6 ó 6.30 (las 18 ó 18.30 h), que solemos llamar la sesión de tarde. Hay otra sesión a las 8 (20 h). Finalmente, una sesión de noche, normalmente en un horario que coincide con el tiempo posterior a la cena, y que es hacia las 10.30 , las 10.45, ó las 11 de la noche (22.30 ó 23 horas). Ricardo pregunta si las entradas están numeradas, si las entradas (los tiques) están numeradas. En algunos cines españoles, cada entrada tiene un número que se corresponde con uno de los asientos de la sala de cine. El número de tu entrada y el de tu asiento tienen que ser el mismo, tienen que coincidir. Si las entradas no están numeradas, puedes sentarte donde prefieras. Guillermo le dice que sí, que están numeradas. Es la sala grande. Muchos cines tienen varias salas pequeñas : los multicine o cines con varias, a veces muchas, salas de proyección de películas. Ricardo le pide a Guillermo que vaya antes al cine para coger buenas entradas, para poder elegir la fila de butacas que les gusta. Guillermo le contesta de manera tajante: -¡Qué morro tienes, tío! Bueno, bueno, bueno,… Vamos a ver qué es esto. En principio, la palabra “morro” designa o la boca o la cara de los animales. Aunque está presente en multitud de expresiones, algunas coloquiales y otras de argot, en relación a personas, tales como: - estar de morros (estar enfadado) o - darse de morros (golpearte la cara al caerte) o - pasar (a algún sitio) por el morro (pasar gratis, pasar sin pagar, sin estar invitado) Y también existe la expresión “morrearse”. Esta expresión, este verbo, suena un poco “fuertecito”, un poco fuerte, pero que se usa, se usa de manera habitual, y que quiere decir: - morrearse (besarse en la boca de una forma muy enfática, y de una manera muy explícita) En nuestro diálogo, decirle a alguien que tiene mucho morro o que qué morro tiene, es una expresión del argot popular que significa que una persona tiene poca delicadeza para pedir algo (como en este caso) o que es una persona descarada. En español, le diríamos a alguien que tiene mucho morro si es un atrevido, si es un cara, o si tiene mucha cara. Se puede decir: - Esta persona es un cara o - Esta persona tiene mucha cara O la palabra crucial para definir a alguien que tiene mucho morro,que sería: - “caradura” Sí, sí, ésta sería la palabra, ser un caradura. Cuando decimos que alguien tiene “la cara muy dura” es porque “tiene mucho morro” y porque es un descarado, y un desconsiderado, probablemente. Entre la gente joven, se dice constantemente esta expresión cuando se le dice a alguien que es un aprovechado, o que es un cara, o, como acabamos de decir, que es un caradura. Y se dice, empleando la palabra “morro”, de dos formas, básicamente: - ¡ Qué morro tienes! o - ¡Tienes mucho morro! Guillermo propone quedar todos a las seis, tomar un café y luego irse los cuatro a hacer cola, que es lo que suele formarse a la entrada del cine, el sábado por la tarde : una enorme fila, o una enorme cola de gente que quiere ver la película. Guillermo añade, además, la palabra “tío”. Dice: - ¡Qué morro tienes, tío! “Tío”, además de expresar el parentesco que tengo con el hermano de mi madre o de mi padre (que es mi tío), es una palabra, en otros tiempos algo vulgar, pero que en la actualidad se usa muchísimo por parte de todo el mundo y no sólo por parte por los jóvenes. Hace bastantes años, su uso era menor. Se usaba, por ejemplo, para decir algo un poco excepcional, sobre otra persona, fuese bueno o fuese malo, como por ejemplo: - Ese tío ganó un montón de dinero, se fue al Caribe y no ha vuelto - ¡Qué pesado ese tío! Está totalmente borracho y no para de gritar - ¡Qué tía tan lista! Ha superado todos los exámenes de Bioquímica, sin problemas También se usaba mucho para referirse a alguien rudo, grosero, poco educado: - ¡Qué caradura ese tío! Se ha colado como si nada o - ¡Uf! Ese tío tiene pinta de gánster o bien - ¡Qué tía tan desagradable! Sólo sabe criticar Pero… las cosas han cambiado mucho y el lenguaje también, y desde hace unos años, la palabra “tío” está muy extendida entre los jóvenes (y actualmente también entre los no tan jóvenes). “Tío” o “tía” se usa para dirigirse a los amigos o amigas, de forma coloquial, joven y actual. En cualquier conversación entre jóvenes, lo oiremos repetidamente, en frases como, por ejemplo: - Tía, eres un sol, … ¡me encanta tu regalo! - ¿Qué, tío?, ¿a qué hora quedamos? - Qué pasada, tío, nos fuimos de marcha hasta las seis - Cuento contigo para la fiesta, ¿vale, tía? - ¿Qué, tío? , ¿nos tomamos unas birras? - Pero tío…¡qué deportivas tan chulas! - Eres increíble, tía, ¡mira que tirarte en paracaídas! Hemos querido incluir esta palabra en nuestro episodio de hoy para poder explicarla en detalle, porque su uso está totalmente extendido en español (el de España, no sabemos si también en Latinoamérica) y si venís, empezaréis a oirla desde los primeros días. Guillermo le ha contestado a Ricardo: - ¡Qué morro tienes, tío! O, lo que es lo mismo: - Eres un caradura, colega A lo que Ricardo le contesta con la expresión : “Vaaale, no te mosquees”, que es como decirle : “No te enfades”. Mosquearse quiere decir enfadarse, molestarse por algo. Pero Guillermo, irónico, le contesta a su vez: - ¡Tranqui! “Tranqui” es la versión abreviada de “tranquilo”, “relajate”. Y le propone ver la película desde la primera fila. Ricardo le contesta con un: - ¡Menos guasa! La guasa es la broma, la ironía. Ricardo comprueba que Guillermo se está burlando de él, percibe que se ríe de él. Y le dice que no lo haga. Podría decírselo de las siguientes maneras: - ¡Menos guasa! - ¡Menos broma! - Oye…¡No te rías de mí! - ¡Muy gracioso! Guillermo se despide dándole un consejo a su amigo : que se despeje: que se duche, se tome un buen café y que aclare sus ideas… que se despeje del todo. * * * Ahora, amigos, retomamos el diálogo teléfonico entre nuestros amigos Guillermo y Ricardo, poniendo toda nuestra atención en la música del idioma. Vamos allá. Ricardo: - ¿Síiiii? Guillermo: - ¿Ricardo? Hola, soy Guillermo Ricardo: - Hola, ¿qué hay? Guillermo: - Te llamaba para quedar Ricardo: - Mmmm…¿Qué dijimos? Guillermo: - Que iríamos al cine, con Álvaro y José María, ¿te acuerdas? Ricardo: - Sí, sí, un poco…Verás… Es que anoche me acosté tarde y… estoy un poco espeso. Eeeeeeh…. vale, a mí me va bien lo del cine. Guillermo :- Quizás mejor ir a la segunda sesión. La primera es muy pronto… Ricardo: - ¿A qué hora es, la segunda? Guillermo: - A las 6.30 Ricardo: - ¿En qué cine la ponen? Guillermo: - En el Aribau Ricardo. - ¿Son numeradas las entradas? Guillermo: - Sí. Es la sala grande. Ricardo: - Menos mal. Algunas de las salas pequeñas son una lata… Estooooo…Guillermo….¿Por qué no vas tú un poco antes, para coger buena fila? Guillermo: - ¡Pero que morro tienes, tío! ¡Venga ya, Ricardo! Quedamos todos a las seis, cerca del cine, nos tomamos un café y luego ¡los cuatro, a la cola! O todos o ninguno. Ricardo: - ¡Vaaale! ¡No te mosquees, tío! Era por si… Guillermo: - ¡Tranqui! Si no, ya veremos la película desde la primera fila, que se ve más grande y con más detalle…ja ja ja… Ricardo: - ¡Menos guasa! ¿Eh! Guillermo: - Vale. Entonces…¿Llamas tú a José María? Yo llamo a Álvaro. Ricardo: - Ya… Vale…A las seis, pero… ¿dónde? Guillermo: - En el bar que está justo enfrente del cine. Ricardo: - De acuerdo. Nos vemos. Guillermo: - Hasta luego…¡Y despéjate! * * *