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La ópera china es una de las manifestaciones más representativas de la cultura de éste enorme país asiático. Lo que fue inicialmente un espectáculo sólo para emperadores, acabó después convirtiéndose en una de las representaciones artísticas más queridas para pueblo chino.
Una ópera china es un conjunto de disciplinas artísticas y técnicas en el que cabe la declamación, la actuación, la música, la mímica, la acrobacia o las artes marciales, entre otras. Los argumentos son de lo más variado, aunque la mayoría de ellos giran en torno a una leyenda, a un hecho histórico muy popular, a intrigas de la corte o de la nobleza, a hazañas militares o a sátiras sobre héroes populares y su relación con el poder y con el pueblo.
Todo es importante en una ópera china: el libreto, que debe ser brillante y conmovedor; la voz, que debe ser clara, diáfana, potente, o de falsete, según los personajes; la actuación de los actores, que debe ser impecable; la ejecución de los gestos de las manos, que debe ser todo un arte; la música, que debe ser propia de virtuosos; el maquillaje, que debe definir perfectamente a cada personaje, así como sus inclinaciones, cambios, decisiones y estados de ánimo.
Todos los elementos puestos en escena hacen de la ópera china un espectáculo tan singular y de tal potencia artística, que deja una huella imborrable en aquellos que sólo pueden verlo y disfrutarlo de forma ocasional.