Caperucita Roja y el Lobo Feroz





Caperucita Roja y el Lobo Feroz

Cuentos para el confinamiento





Hello and welcome to Spanishpodcast. I am Mercedes speaking to you from Barcelona. In our 287th episode : Little Red Riding Hood, we want to keep you company in confinement, in Spanish of course. For this we are going to tell you today the story of Little Red Riding Hood, but with all its secrets, all its contradictions and of course working the moral, the teaching that emerges from all children's stories.



Hola queridos amigos y bienvenidos a español podcast. Soy Mercedes y os hablo desde Barcelona. En nuestro episodio nº 287: Caperucita Roja y el Lobo Feroz, queremos hacerte compañía en el confinamiento, en español por supuesto. Para ello te vamos a contar hoy el cuento de Caperucita Roja, pero con todos sus secretos, todas sus contradicciones y por supuesto trabajando la moraleja, la enseñanza que se desprende de todos los cuentos infantiles.


Escuchemos este cuento popular infantil y aprendamos un montón de buen español con él.



Había una vez una niña llamada Caperucita Roja. ¿Y por qué tenía ese curioso nombre? Porque su abuelita, que la quería mucho, mucho, le había hecho una caperuza (un gorro en punta con pequeña capa sobre los hombros) de color rojo por su cumpleaños, y la niña se la ponía todos los días para ir a todos lados. Por eso, pronto se le llamó Caperucita Roja (caperucita, diminutivo de caperuza). 

La mamá de Caperucita la quería muchísimo y se desvelaba por ella, para que viviera feliz.

Un día, la mamá de Caperucita hizo un exquisito pastel para que la niña se lo llevara a su abuela, que vivía al otro lado del bosque. La mamá le dio una cestita, dentro de la cual pusieron el rico pastel para la abuelita. La madre le dijo:

  • Caperucita, ve a ver cómo está tu abuelita y llévale este pastel que sé que le gusta mucho. No te apartes del camino ni hables con extraños, eso puede ser peligroso.

Caperucita era una niña obediente y razonable. Por eso contestó a su mamá:

  • Ahora mismo le llevo la tarta a la abuelita. Y no te preocupes, mamá, tendré cuidado.

Cogió su cesta, le dio un beso de despedida a su mamá, y empezó a hacer el camino que la llevaría a casa de su abuelita. Caperucita iba bailando, saltando y cantando por el camino, porque siempre lo hacía.

Pero a los pocos pasos de entrar en el bosque, un lobo feroz le salió al paso y le preguntó:

  • Caperucita, Caperucita, ¿dónde vas con esa cesta?

Caperucita le miró y recordó inmediatamente las palabras de su mamá. Pero el lobo no le dio miedo y le contestó, confiada:

  • Voy a casa de mi abuelita que está enferma y le llevo su pastel preferido.

El lobo, con voz amable, siguió preguntando:

  • Aaaah, bien hecho. Y dime, ¿dónde vive tu abuelita?

Caperucita contestó:

  • Allá, a la salida del bosque, donde hay un prado con árboles.

El lobo, que ya había decidido comerse tanto a Caperucita como a su abuelita, le dijo:

  • Realmente tu abuelita estará muy feliz de que le lleves esta tarta, pero aún lo estará más si le llevas un precioso ramo de las flores que puedes ir cogiendo en este maravilloso bosque.

A Caperucita le pareció muy buena idea, pero volvió a recordar las palabras de su mamá sobre que no se apartase del camino y se lo dijo al lobo, a lo cual, éste contestó:

  • No te preocupes, coges las flores y luego tomas ese camino de ahí, a la izquierda, que es mucho más corto y llegarás rápidamente.

Sin pensar ni por un momento que el lobo la estaba engañando, señalándole el camino más largo, Caperucita aceptó el plan y se despidió del lobo.

El lobo, mientras tanto, tomó el camino más corto, y llegó veloz a casa de la abuela. Fingió la voz de Caperucita haciéndole creer que era su nieta. La abuelita, confiada, abrió y el lobo la devoró inmediatamente. Luego cogió las ropas de la abuela, el gorro de dormir, las gafas y todo lo demás, y se metió en la cama, a la espera de devorar a su segunda víctima y plato principal de su banquete.

Al poco rato llegó Caperucita Roja, quien llamó a la puerta y al ver que nadie contestaba, entró. Dejó las flores y la tarta en la mesa y se acercó a la cama, observando el extraño e irreconocible aspecto de su abuelita, a quien dijo:

  • Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.
  • Sí, querida niña, son para verte mejor.

La niña continuó observando y preguntando:

  • Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.
  • Si, niña, son para oírte mejor.

Caperucita continuó:

  • Abuelita, qué nariz tan grande tienes.
  • Claro, Caperucita, es para olerte mejor y oler mejor la tarta y las flores que has traido.
  • Abuelita, qué manos tan grandes tienes.
  • Si, nietecita, son para abrazarte mejor.

Caperucita, desorientada ya, y asustada, preguntó:

  • Abuelita, qué dientes tan grandes tienes.

A lo que el lobo, triunfal, respondió:

  • ¡Sooonnn para comerte meeejoooooorrrrr!

Y se abalanzó sobre Caperucita, a quien se comió de un solo bocado, al igual que había hecho previamente con la abuela.

Después de tal banquete, el lobo salió a la puerta de la cabaña, para hacer su siesta mientras digería tranquilamente su comida.

Pero mira tú por dónde, pasó por allí un leñador del bosque que vio al lobo con la barriga hinchada como un enorme globo, y oyó los gritos de la abuela y de la niña que, desde dentro, pedían socorro.

El leñador le abrió la panza al feroz animal y así pudo rescatar a Caperucita y a su abuelita que aún estaban vivas en el interior del lobo.

Para darle un escarmiento, le llenaron la barriga de piedras y lo volvieron a coser.

Al despertarse, el lobo sintió una terrible pesadez de estómago y una sed rabiosa que le llevó al rió que por allí pasaba para beber mucha agua. Pero al inclinarse, con el peso de las piedras, cayó al agua y se ahogó en unos segundos sin poder salir del agua debido al peso de su barriga.

Caperucita aprendió la lección, se disculpó con su madre y prometió no volver a desobedecer ni a pararse con extraños.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Bien, amigos hasta aquí el cuento clásico. Un cuento que se transmitió durante siglos por tradición oral. Perrault lo editó en el siglo XVII, y posteriormente fueron los hermanos Grimm los que hicieron una nueva edición.

Es un cuento infantil, sí, pero yo diría que de terror. Porque…, vamos a ver…Un cuento en el que un lobo acosa a una niña sola en el bosque, la engaña, la devora y se come a su abuela, bueno…yo diría que infantil, a secas, no lo es. Es un cuento infantil cruel, amenazador y lleno de estereotipos de los que se manejan para asustar a los niños para que obedezcan a los papás. 

Al principio este cuento se acababa con que el lobo devoraba a la abuela y a Caperucita. Y punto. Posteriormente, se añadió el recurso del leñador que las libera, así como el castigo mortal al lobo feroz para dar ejemplo de cómo acaban los malos.

¿Y por qué todo esto? ¿Cuáles serían los temas que el cuento nos plantea? ¿Qué está planteado en este cuento infantil?

Pues, por un lado:

  • La inocencia de la infancia

La inocencia de los niños y niñas que ven el mundo a través del amor a sus padres y tienen confianza en el mundo y en las personas.

¿Cómo, si no, entender que Caperucita obedezca ante una petición tan irresponsable? La niña se fía de su madre, escucha sus consejos, pero al encontrarse con el lobo, Caperucita no cree que pueda ser un lobo feroz malvado y canibal que se la quiere comer. Nooo… Antes al contrario, no experimenta ningún temor ante el lobo, charla con él, le da los datos personales de dónde vive su abuela y de que ella va allá a visitarla, y se fía de que el lobo le cede el camino más corto.

Otros de los temas planteados es justamente el contrario:

  • La pérdida de la inocencia en la infancia

La pérdida de la inocencia cuando el niño o la niña se enfrentan al mundo real, a la maldad de algunas personas, y sufren daño físico o emocional, perdiendo entonces la confianza ciega en el mundo que les rodeaba.

Un tercer tema que se plantea es:

  • Las consecuencias de la desobediencia

A los niños se les educa en la firme creencia de que tienen que obedecer a los padres, tanto si les apetece como si no (y ahí podríamos hablar mucho de los padres maltratadores que obligan a obedecer cosas terribles a sus hijos, pero ahora no es el momento).

El cuento quiere plantear a los niños que si desobedecen (desobedecer es no obedecer, no hacer caso) y hablan con desconocidos o se detienen donde no debían, las consecuencias pueden ser nefastas.

Otro de los temas que vemos en Caperucita Roja es que:

  • La desconfianza tiene que ser general y hacia todos. 

En este caso, el lobo engaña a Caperucita con su amabilidad, su charla simpática, e incluso con una cierta empatía hacia los gustos de Caperucita (la invita a coger flores en el bosque porque sabe que eso le gusta mucho a ella).

Y de eso advierte el cuento, no sólo son malos los malos visibles, feos, fieros, groseros, de mirada malvada….No. También pueden serlo (ser malvados) los amables, zalameros, simpáticos y cordiales lobos feroces de alma negra  e instintos criminales.

Por eso aquí el relato pone de manifiesto el valor de la prudencia y de la cautela, ya que no puedes fiarte de las primeras impresiones, sino desconfiar a priori hasta conocer a fondo al otro personaje y la situación.

Por eso todos los cuentos infantiles tienen una moraleja. Veamos esta palabra: mo  ra  le  ja, moraleja. La lección o la enseñanza que  se extrae de un cuento: eso es la moraleja. En este caso la moraleja es clara:

  • Obedece a tu papá y a tu mamá sin cuestionar nada de lo que te dicen
  • No hables con extraños ni desconocidos aunque te causen buena impresión
  • No creas que el mundo es tan bonito e inocente como lo ves. Hay zonas oscuras y dañinas del mundo que debes evitar.
  • Ten prudencia y cautela con aquellos a quienes no conoces bien.


Como última reflexión, queridos amigos y queridas amigas, es obvio que el cuento de Caperucita Roja se sostiene gracias a la aceptación de la fantasía que los niños tienen.

Porque, vamos a ver, si lo analizamos como adultos, no hay por dónde cogerlo. Llevamos 350 años contando el cuento tal cual, pero si le aplicamos la lógica, deberíamos preguntarnos:

  • ¿Cómo es posible que la madre mande a Caperucita a través de un bosque en el que hay lobos? 
  • ¿Es suficiente con decirle que no se pare y no hable con extraños?
  • Esto nos lleva a establecer que esta madre sería responsable de exponer a su pequeña hija a graves peligros por no acompañarla durante el trayecto o por no quedarse a vigilarla hasta que Caperucita hubiera cruzado el bosque.

En cuanto a la niña:

  • ¿Cómo es posible de que nadie la haya advertido de no dar datos personales, direcciones, etc. a desconocidos?
  • ¿Por qué nadie la ha avisado de los peligros reales de trabar amistad con desconocidos?
  • ¿Es una niña tontita que se cree al lobo inmediatamente, cuando éste la engaña haciendo que vaya por el camino más largo?

De la abuelita ya ni hablo….porque confundir la voz del lobo, por muy engañosa que fuera, con la de su nietecita, es…en fin…no es propio de una señora tan mayor con experiencia de la vida.

E incluso, el comportamiento de Caperucita dentro de la casa de la abuelita, comentándole el enorme tamaño de sus ojos, de sus orejas, de sus manos o de sus dientes, sin ver que se trata del lobo…en fin, qué queréis que os diga…Le faltaban muchos recursos educativos a Caperucita y nos la enseñan como el colmo de la inocencia, pero también como una tontorrona.

Por eso, en la actualidad, han surgido versiones de Caperucita en las que se pone de manifiesto que esta niña, adolescente en otras versiones, simboliza a una niña o a una joven acosada, víctima de su buena fe, que no sabe responder adecuadamente a las amenazas de su agresor, de su acosador.

Lo cual nos lleva, finalmente, a saber que los cuentos infantiles están llenos de prejuicios y estereotipos, no siempre los más adecuados para educar a nuestros niños y niñas en una perspectiva adecuada de género, de colaboración entre chicos y chicas, de amistad libre y sin abusos.

Afortunadamente, en la actualidad hay cientos de cuentos fantásticos, sin crueldad, sin agresiones, con historias preciosas de la vida cotidiana de niñas y niños que les enseñan valores éticos y de convivencia en situaciones reales, posibles, divertidas y agradables.  

Hasta aquí, queridos amigos, espero poder preparar otro cuento infantil para que sigáis repasando español de la manera más entretenida.

Un fuerte abrazo. Os deseo salud, bienestar y paciencia…para seguir resistiendo ante la pandemia. Chaaao…


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