Los tres cerditos
(los cuentos del coronavirus, aún)
Hello and welcome to Spanishpodcast. I am Mercedes speaking to you from Barcelona. In our 291st episode : The True Story of the Three Little Pigs, we will know today the story of the Three Little Pigs, who face the big bad wolf trying to protect themselves inside their house. But not all houses protect the same ... Let's see what happens to them and how they manage to defend themselves from the wolf that wants to eat them.
Hola queridos amigos y bienvenidos a Español Podcast. Soy Mercedes y os hablo desde Barcelona. En nuestro episodio nº 291: Los Tres Cerditos, conoceremos hoy el cuento de los Tres Cerditos, los cuales se enfrentan al lobo feroz intentando protegerse dentro de su casita. Pero no todas las casas protegen igual…Vamos a ver qué les pasa y cómo logran defenderse del lobo que quiere comérselos.
Hola queridas amigas y queridos amigos. Tenía dos cuentos populares más preparados en junio pasado. Y por tanto, he decidido publicarlos para aprovechar un trabajo ya hecho y porque creo que os gustarán. El primero es el que vamos a compartir hoy con vosotros: Los Tres Cerditos. Creo que disfrutaréis con todo el buen español que aprenderéis y repasaréis con este cuento. Vamos allá.
Había una vez una familia de cerditos que vivía en el bosque. El padre y la madre reunieron a sus tres hijos cerditos y les dijeron que ya eran mayores y que por ello debían independizarse.
Los tres cerditos se llamaban Comodón, el más pequeño; Glotón, el mediano; y Práctico el mayor.
Los tres hijos se despidieron de sus padres y se marcharon a vivir su propia vida y a ver mundo.
Ese mismo día, se propusieron construírse su propia casa para poder vivir y descansar en ella cuando no estaban de viaje. Además, habían visto merodear un lobo por aquel bosque y sabían que debían protegerse de él.
El hermano pequeño, Comodón, dijo:
- ¡Uf! ¡Qué pereza construir una casita ahora! Yo lo que quiero es jugar, saltar, pasear y no trabajar en construir una casa. Pero…¡Tengo una idea! Haré mi casa de paja y será rápida y fácil de hacer, y además la acabaré en un santiamén.
Y así lo hizo. Recogió unos cuantos montones de paja y les dió forma de casita. Y en muy poco tiempo, la tuvo lista.
- Eeeeh, mirad, mirad, ya he hecho mi casa. Ya puedo irme a jugar y a bañarme al río.
El segundo hermano, Glotón, dijo:
- Yo tampoco tengo ganas de ponerme ahora a construir una casa. Lo que quiero es ir al bosque a coger manzanas, hacer ricos pasteles en mi chimenea y comer todas las bellotas que encuentre en el bosque.
- Pero ya sé lo que haré. Construiré mi casita con ramas de los árboles y palitos de madera que encontraré en el bosque. No será mucho esfuerzo y tampoco tardaré mucho tiempo. Y luego podré dedicarme a mis manzanas, mis pasteles y a comer bellotas.
Y así lo hizo. Recogió palitos, ramas, pequeñas maderas y construyó su casita, que quedó construida en pocas horas.
Dijo:
- Eeeee, mirad. Mi casita ya está. Ya he terminado.
Y le propuso al otro hermano ir a buscar al mayor para comer bellotas. Pero cuando lo encontraron, el tercer hermano, el mayor, Práctico, estaba construyendo una casa formidable, con ladrillos y cemento, para tener un refugio fuerte y seguro para hacer frente a los peligros exteriores.
Los dos hermanos pequeños le dijeron:
- Pero qué exagerado, Práctico. ¡Menudo trabajo! Eso requiere esfuerzo y tiempo. Te esperamos jugando cerca del río. Ven cuando puedas…
El hermano mayor tardó unos días en acabar su casita, pero cuando la terminó estuvo muy contento de haber hecho algo seguro, resistente y bien construido.
Esa misma tarde, el lobo apareció ante las casitas de los cerditos. Las miró y pensó:
- Voy a comerme primero al cerdito de la casita de paja, pues esa casa no resistirá la fuerza de mis soplidos.
Llegó hasta la casa y le gritó al cerdito pequeño:
- ¡Cerdito, ábreme la puerta! ¡Tengo mucha hambre y quiero darme un banquete contigo…ja ja ja!
El cerdito, muerto de miedo, dijo:
- No, no, vete lobo malo, no te abriré.
A lo que el lobo respondió:
- Muy bien, tú lo has querido. Yo soplaré y soplaré y tu casa tiraré.
Y sopló y sopló y síiiii, la casita de paja se desmoronó como si fueran plumas y cayó al suelo.
El cerdito pequeño, Comodón, salió corriendo hacie la casa del hermano mediano, Glotón, que ya le esperaba con la puerta abierta. Los dos le gritaron al lobo:
- No te abriremos la puerta, lobo malo, y no podrás tirar nuestra casita de madera.
El lobo dijo:
- Claro que podré. Soy muy fuerte y la fuerza de mi soplido puede con todo. Abrid, malditos cerditos, tengo hambre.
- Noooo, nooo, vete lobo, vete…
- Ni hablar. Soplaré, soplaré y tu casa tiraré.
Y de nuevo:
- Soplaré, soplaré y tu casa tiraréeee…
El lobo soplaba con todas sus fuerzas, y aunque esta casita de madera resistió un poco más que la de paja, también acabó por caer al suelo a causa del huracán que suponían los soplidos del terrible animal.
Los dos cerditos salieron corriendo hacia la casa de Práctico, hermano mayor, que ya los esperaba con la puerta abierta. Entraron y cerraron inmediatamente, puesto que el lobo corría hacia allá a toda velocidad.
El hermano mayor les tranquilizó.
- Tranquilos, el lobo no podrá derribar la casa de ladrillos y cemento. Pero tenemos que controlarle. Tú, Glotón, pon agua a hervir en la chimenea; y tú, Cómodo, vigila la puerta de atrás. Yo me quedaré aquí para controlar que no entre si lo intenta.
El lobo se moría de hambre y estaba furioso con los cerditos que se resistían a ser devorados por la bestia.
- Abrid de una vez, malditos cerditos, os voy a comer.
- Soplaré y soplaré y vuestra casa tiraré.
Práctico le dijo:
- Sopla cuanto quieras, no pienso abrirte.
El lobo empezó a soplar con todas sus fuerzas, una vez y otra y otra. Pero aquella casa era robusta, fuerte e inamovible.
- Ya lo verás, soplaré, soplaré y vuestra casa tiraré.
El lobo sopló y sopló, y sopló y resopló, pero se dio cuenta de que, ante aquella casa, todo esfuerzo era inútil.
Entonces, furioso y frustrado, subió por la pared y se metió por la chimenea del tejado. Y lo que paso fue que cayó directamente en la olla de agua y aceite hirviendo que los cerditos habían preparado para recibirle.
Salió aullando de dolor, corriendo, y maldiciendo a los cerditos por no haber podido comérselos.
Y mientras huía, los cerditos le oyeron decir:
- No volveré nunca más por aquí, no volveré nunca más.
Los cerditos encantados, recuperaron su bosque y se fueron a jugar los tres, mientras cantaban:
- ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo? ¿Quién teme al lobo feroz? Pues nosotros no.
Y este es el final feliz de este simpático cuento tradicional, en el que los personajes son:
- Práctico, el cerdito mayor; Glotón, el cerdito mediano; Comodón, el cerdito pequeño y el Lobo Feroz. El otro personaje es el narrador, la persona que cuenta el cuento.
Los nombres de los cerditos ya lo dicen todo: Cómodo es aquél a quien no le gustan los esfuerzos, alguien un poco vago, perezoso (también se dice Comodón); Glotón es la persona que come mucho, que come vorazmente y de todo, un tragón. Y Práctico (o práctica) es una persona realista, pragmática; alguien con un criterio efectivo, funcional, realista; alguien que hace lo adecuado.
El Lobo Feroz es la figura recurrente del fiero y malvado lobo de los cuentos tradicionales.
Otra cosa…¿Os habéis fijado en los materiales con que los tres cerditos hacen sus casas?
Cómodo, o Comodón (el perezoso) elige un material como la paja, o lo que es lo mismo, los tallos secos de los cereales como el trigo, la avena, la cebada, etc. Un material, por sí mismo, frágil y poco duradero, poco protector.
Glotón (el comilón, el que sólo piensa en comer) usa la madera, pero no madera fuerte, o troncos gruesos de árbol, sino ramas y palos que encuentra en el bosque. Un poco más resistente que la paja, pero no lo suficiente como para resistir.
Y Práctico (el más maduro, el más reflexivo) usa el material convencional en las construcciones occidentales, el ladrillo y el cemento típicos en la construcción de casas y edificios. Materiales seguros, duraderos, resistentes y que proporcionan protección y seguridad.
El cuento también contiene una cantinela que los niños pueden repetir fácilmente y que además les encanta. Y es lo que dice el lobo cuando amenaza al cerdito:
- Soplaré, soplaré y tu casa tiraré.
¿Y que es soplar? S O P L A R es despedir aire por la boca, cerrando un poquito los labios y redondeándolos para que salga con más fuerza. Soplar es echar aire por la boca con fuerza. Por ejemplo soplamos las velas de una tarta, o la sopa hirviente que nos quema, o la vela encendida después de la tormenta, o la flauta para que suene la música, o el saxofón, o la trompeta…etc. Siempre que exhalamos aire por la boca un poco cerrada y redondeada, soplamos.
Y cuando el lobo dice:
- …y tu casa tiraré
Está diciendo:
- Y tu casa derribaré
- Y tu casa destruiré
- Y tu casa tumbaré
Tirar algo al suelo es hacerlo caer, derribarlo.
Bien, amigos, ¿habéis pensado qué nos sugiere este cuento tradicional? ¿Tiene alguna enseñanza que resaltar? ¿Cuál podríamos decir que es la moraleja de Los Tres Cerditos?
A ver…, ¿qué palabra, o palabras, te vienen a la mente para hablar de esta moraleja, de esta enseñanza del cuento?
A mí, la primera palabra en la que pienso con este cuento es:
- Esfuerzo
Sí, el esfuerzo que hay que realizar cuando se quiere hacer algo bien hecho.
Esa es la segunda expresión:
- El trabajo bien hecho
Con esfuerzo, con voluntad y con determinación, puedes conseguir los resultados que te propones.
Lo vamos a ver en frases con hacer:
- Hacer un esfuerzo
El verbo, irregular, es:
- Esforzar(se)
Por ejemplo:
- Hijo, tendrás que esforzarte en estudiar más para los exámenes.
O:
- Está haciendo un gran esfuerzo por vencer la enfermedad. No se rinde.
O:
- Hay que hacer un gran esfuerzo por parte de todos y luchar contra el cambio climático.
O:
- Ese trabajo de cargar paquetes es muy pesado. Hay que hacer grandes esfuerzos para soportar el peso y la espalda se resiente.
¿Veis, verdad, amigos?
Esfuerzo, hacer un esfuerzo es usar una gran fuerza moral, ética o física para lograr un objetivo concreto, e incluso venciendo obstáculos o dificultades.
- Me cuesta mucho esfuerzo concentrarme en la lectura.
- Si te cuesta mucho esfuerzo mover el sofá, ya lo hago yo.
- Miguel está haciendo un gran esfuerzo para pagarse sus estudios universitarios. Incluso trabaja de noche.
Etc.
Y esta idea del esfuerzo va unida, a veces, a la del:
- Trabajo bien hecho
Como en el caso de los Tres Cerditos, los hermanos más pequeños (Comodón y Glotón) quieren hacerse una casita con poco esfuerzo, o mejor dicho, con esfuerzo cero. Quieren hacerla rápida, fácil y sin esfuerzo, para poderse dedicar por entero a lo que les gusta: pasear, saltar, jugar y comer mucho y de todo.
Práctico, el hermano mayor, sin embargo planifica una casa bien hecha, segura, resistente y que pueda protegerles. Por ello consigue los materiales adecuados, planifica el tiempo necesario y se esfuerza en construirla bien, en hacer un trabajo bien hecho.
Para los Tres Cerditos, podemos aplicar el dicho español muuuy antiguo que dice así:
- Es antes la obligación que la devoción
Entendiendo por devoción lo que nos gusta (el entretenimiento, el ocio, la diversión…)
Sería lo mismo decir:
- Antes de la diversión, la obligación.
- Antes del ocio, el trabajo.
- Antes de las aficiones, el deber.
Un refrán que nos dice que tenemos que dar prioridad al deber, a la obligación, y posponer lo que nos gusta; dejar nuestros gustos y aficiones para después. Fácil no es, pero casi todos solemos hacerlo por la cuenta que nos tiene…Hacemos las cosas a tiempo y bien para obtener buenos resultados, incluso nos sacrificamos a veces para lograr lo esperado. A eso se le suele llamar responsabilidad.
Otro de los valores que contiene la moraleja del cuento es:
- La solidaridad
Los hermanos se ayudan los unos a los otros. Primero, Glotón acoge a Cómodo para protegerle. Y luego Práctico da cobijo a los dos pequeños para salvarles del feroz ataque del Lobo.
Y también podemos ver aspectos de:
- Cooperación
En la última escena, cuando Práctico organiza la defensa repartiendo las tareas: él vigila la puerta principal; el pequeño, controla la ventana. Y el mediano se encarga de poner la olla con agua a hervir para escaldar al lobo y provocar su huída. Así es que también tenemos ese aspecto positivo entre los tres cerditos: la cooperación para ser más eficaces en su propia defensa.
Espero, queridas amigas y queridos amigos, que el cuento de Los Tres Cerditos os haya gustado. Así como que hayáis adquirido nuevos conocimientos en español para seguir empliando vuestra comunicación en esta maravillosa lengua.
Amigas, amigos, un fuerte abrazo. Adiós.
febrero 2021
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