Morirse de celos














Morirse de celos


Hello dear friends and welcome to Spanish Podcast. I'm Mercedes speaking to you from Barcelona. In our 254th episode: (Open Couples III) Die of jealousy (Subjunctive 7.3), we are going to continue with our seventh phase of our subjunctive study in substantive sentences, with verbs with which we express our opinions and with which we communicate ideas, judgments, opinions, etc. We do it through a very fashionable theme nowadays: open couples. So we can enter this grammar theme, having fun and knowing topics that interest everyone.





Hola queridos amigos y bienvenidos a Español Podcast. Soy Mercedes y os hablo desde Barcelona. En nuestro episodio nº 254: (Parejas Abiertas III) Morirse de celos (Subjuntivo 7.3), continuamos y acabamos con la fase 7 de nuestro estudio del subjuntivo en oraciones sustantivas, con verbos con los que expresamos nuestras opiniones y con los que comunicamos ideas, juicios, pareceres, etc. Lo hacemos a través de un tema muy de moda en la actualidad: las parejas abiertas. Así podremos entrar en este tema gramatical, pasándolo bien y conociendo temas que a todos interesan.





En el anterior episodio nos quedamos en el momento en el que Eva estaba protestando y diciéndole a su amiga Ángela que una pareja abierta no era promiscua:

  • Eso no significa que vayamos acostándonos con todo el mundo, como si fuéramos adictos al sexo.

Y en ese momento, a Ángela se le plantea el tema fundamental:

  • ¿Y si te enamoras de otro?

Ajá, sexo pactado, dar rienda suelta a tu deseo, pasarlo bien,…Ya, pero, ¿y si te enamoras del partenaire sexual?

También para eso tiene Eva una respuesta:

  • Normalmente, se establece una duración determinada para cada relación sexual. No busco amor, eso ya lo tengo con Alberto. Busco nuevas experiencias sexuales.

Así es que, en esas reglas, hay límites temporales para esos encuentros sexuales, porque lo que se busca es sexo y sólo sexo, al menos eso dicen sus partidarios.

Angela explota:

  • No puedo entender que busques sexo con otros, amando a Alberto.
  • No puedo entender… (forma negativa)
  • No puedo entender que…
  • No puedo entender que busques… (sexo con otros).

Eva dice que es sólo sexo. Y que lo busca porque:

  • Pues porque creo que eso no pone en peligro nuestra relación ni nuestro amor.

Ángela confiesa otro de sus temores:

  • Eva, y todos esos intercambios, ¿no crees que pueden favorecer un sexo de riesgo?

Ángela se refiere a que mantener relaciones sexuales varias puede poner en peligro tu salud, si no sabes con quién te acuestas…

Pero Eva la tranquiliza:

  • No, Ángela, la gente que forma parte de parejas abiertas, se hace análisis de control cada tres meses y tiene que estar dispuesta a enseñar esos análisis en todo momento. Y siempre se practica sexo seguro.

Ángela piensa, de pronto, en su propio marido (Leonardo) y le dice a Eva, sin pensárselo dos veces:

  • Oye, que me estás poniendo paranoica. Supongo que no querrás seducir a Leonardo. ¡Júrame qu eso no va a pasar!

Eva empieza a parecerle a Ángela una seductora peligrosa. Y como las dos parejas son tan amigas, Ángela empieza a ver a Eva como un peligro para su propia pareja.

Y tenemos aquí dos preciosos verbos de actividad mental, como son:

  • suponer (supongo)

Y:

  • jurar (júrame)

Que nos dan dos preciosos ejemplos de lo que etamos trabajando:

  • Supongo…
  • Supongo que…
  • Supongo que no querrás seducir a Leonardo, mi marido…

Fijaos: verbo afirmativo + que + indicativo. La negación forma parte de la subordinada, es el verbo 2 el que está en forma negativa.

Y:

  • Júrame…
  • Júrame que…
  • Júrame que eso no va a pasar.

Idénticas estructuras ambas.

Repetimos la frase:

  • Oye, que me estás poniendo paranoica. Supongo que no querrás seducir a Leonardo. ¡Júrame que eso no va a pasar!

Y Eva tranquiliza a su amiga con estas palabras:

  • Te lo juro, te juro que eso no pasará porque una de las normas sagradas es no establecer relaciones con personas que formen parte del círculo de amigos.
  • Te juro…
  • Te juro que…
  • Te juro que eso no pasará.

Obviamente, sería mucha más complicación aún si los amigos de la pareja fuesen también candidatos sexuales a conquistar por parte de la pareja abierta. No quiero ni imaginarme el drama y el follón que se armaría…ja ja ja…

Pero Eva añade:

  • Además, de buen rollo, Ángela, Leonardo -tu marido- nunca ha sido mi tipo. Lo adoro como amigo, pero permíteme que te diga que no me pone…

Cuando le decimos a alguien algo no del todo agradable (como que tu marido no le gusta), lo suavizamos diciendo “de buen rollo”, para rebajar un poco ese algo no grato que decimos.

Y cuando alguien “no es tu tipo” quiere decir que no lo encuentras atractivo, que no te gusta, que no ligarías con él/ella, que no te apetecería una relación con esa persona.

Lo mismo cuando decimos que una persona “no me pone”, que no me resulta atractiva, que la encuentro sosa, anodina y sin gracia, que no me inspira deseo, que no despierta mi erotismo, que no me gusta…¡vaya!…, que me resulta indiferente…En definitiva, que “no me pone”.

Eva le dice a Ángela que Leonardo, el marido de Ángela, no la pone, o sea, que esté tranquila porque ni entra en las normas ni le gusta.

Ángela le contesta con amarga ironía:

  • ¡Qué amable!

Pero Eva lo ha dicho para tranquilizarla:

  • ¡Venga, mujer! Te lo digo para que te tranquilices.

Ángela está agotada de hablar de este tema y cree que ya no tiene más observaciones que aportar a la conversación:

  • No sé, Eva, opino que no soy la persona adecuada para hablar contigo de este tema. Yo no podría hacerlo. Me moriría de celos. Para mí, es antinatural y estoy convencida de que, a la larga, no puede funcionar.

Fijaos cuántos “regalos” de verbos y oraciones que os harán acabar de comprender y asimilar nuestro tema:

  • Opino…
  • Opino que…
  • Opino que no soy (negación en verbo 2) adecuada…

Y:


  • Estoy convencida de…
  • Estoy convencida de que…
  • Estoy convencida de que no puede funcionar.

Pero Eva le está agradecida por escucharla y por haber compartido tantas confidencias sobre un tema nada fácil:

  • Creo que sí eres la persona adecuada. Has sido totalmente sincera y eso me vale. Tampoco esperaba que estuvieras de acuerdo conmigo en todo.

Y Ángela recupera también, de inmediato, a su amiga del alma y respira tranquila, aunque hayan tenido una tensa y difícil conversación. Le dice:

  • Eres un sol, gracias por decirme eso, porque es de las pocas veces en que no estamos de acuerdo en algo.

Bien, queridas amigas y queridos amigos, repasamos un momento todas las frases de la conversación, con los verbos que hemos visto hoy:

  • Supongo que tienes que decirme algo importante
  • ¿Te acuerdas de que estuvimos hablando de ello?
  • No recuerdo que lo habláramos.
  • Hemos hablado de que las parejas se desgastan, el deseo se acaba y la relación se deteriora.
  • Yo no creo que eso les pase a todas.
  • Tampoco pienso que se deteriore la relación.
  • Hemos descubierto que necesitamos abrirnos al exterior.
  • Nos parece que nos está asfixiando.
  • No creo que la vuestra (vuestra pareja o vuestra relación) esté asfixiada.
  • Nos hemos dado cuenta de que nos aburrimos.
  • Consideramos que necesitamos otros estímulos.
  • Esto me suena a poner los cuernos sin culpa.
  • Yo opino que eso os provocará muchos celos.
  • Y opino que eso os destrozará.
  • No creo que nos los provoque (no creo que nos provoque celos).
  • No creo que podáis establecer reglas.
  • Puedo constatar que se establecen normas.
  • Yo opino que podéis dedicar esos esfuerzos a tener nuevos estímulos entre vosotros.
  • Me imagino que mucha gente lo ve así.
  • Somos conscientes de que la pareja monogámica es una construcción cultural.
  • Afirmamos que es una convivencia antinatural.
  • Aún me acuerdo de lo enamorados que estábais.
  • Creo que no nos sentimos muy felices.
  • Me da la impresión de que este tema puede hacer daño.
  • Si uno cree que está sufriendo, la experiencia se detiene.
  • Si uno cree que tiene celos, hay que parar.
  • Si uno cree que no lo soporta, o que se siente traicionado, la experiencia se detiene.
  • Estoy convencida de que hay que tener mucho estómago para hablar de tu rival en la cama.
  • Entiendo que se oculta cierta información.
  • Una relación abierta no significa que vayamos acostándonos con todo el mundo.
  • No puedo entender que busques sexo con otros.
  • Creo que eso no pone en peligro nuestra relación.
  • Creo que eso no pone en peligro nuestro amor.
  • Supongo que no vas a seducir a Leonardo, mi marido.
  • Te juro que eso no va a pasar.
  • Opino que no soy la persona adecuada para hablar de esto.
  • Estoy convencida de que no puede funcionar.
  • Creo que eres la persona adecuada.
  • Tampoco esperaba que estuvieras de acuerdo.

Y no olvidéis repasar los otros dos grandes paquetes de ejemplos en los que vais a encontrar reiteradamente todos estos verbos de actividad mental, de entendimiento, de expresión de opiniones, de lengua, de comunicación,etc., para detectar enseguida si están en forma afirmativa o negativa y, en consecuencia, saber si el verbo 2 va en indicativo o en subjuntivo.

Recordad:

  • Me parece que es interesante
  • No me parece que lo sea


  • Creo que está a punto de llegar
  • Ya es muy tarde, no creo que venga


  • Dice que esta noche sale
  • No dice que esta noche salga


  • Ha dicho que viene
  • No ha dicho que venga


  • Creo que sabes la respuesta
  • Bueno, no creo que la sepas


  • Crees que tus razones me han convencido
  • Ya sé que no crees que tus razones me hayan convencido, pero la verdad es que sí


  • Estoy seguro de que puedes hacerlo
  • No estoy seguro de que puedas


Bien, repasemos el diálogo entre Ángela y Eva, esta vez con más ritmo, con una velocidad más normal en la elocución.



Angela:Bueno, Eva, supongo que tienes que decirme algo importante. Parecías preocupada por teléfono.

Eva:Bueno, sí, es un asunto al que le estoy dando vueltas y más vueltas en los últimos días.

Angela:Tú dirás, cuéntame.

Eva:¿Te acuerdas de que hace un tiempo estuvimos hablando de la rutina de las parejas?

Angela:No recuerdo que habláramos de eso, no lo recuerdo…

Eva:Bueno, es igual. El caso es que Alberto y yo hemos hablado mucho de esto.

Angela:¿De qué?

Eva:Pues hemos hablado de que las parejas se desgastan, se someten a una rutina que acaba con el deseo y deteriora la relación.

Angela:A ver, Eva, yo no creo que eso pase en todas las parejas. Tampoco pienso que la rutina deteriore la relación. Es sólo que las formas de amarse, en una pareja estable, van evolucionando.

Eva:Pues, en nuestro caso, después de llevar 12 años casados, tanto Alberto como yo hemos descubierto que nuestra pareja necesita una ventana al exterior. Nos parece que la rutina nos está asfixiando un poco.

Angela:Pues yo no creo que vuestra pareja esté asfixiada. Pero, claro, sois vosotros los que decidís cómo estáis y qué necesitáis.

Eva:Mira, Angela, con franqueza, nos hemos dado cuenta de que nos aburrimos un poco. Consideramos que necesitamos estímulos externos para darnos vidilla.

Angela:Mira, Eva, eso del intercambio de parejas, a mí me suena a poder ponerle los cuernos al otro, pero sin culpa.

Eva:No es un intercambio de parejas, pero si a alguno de los dos le gusta mucho alguien, puede tener sexo con esa persona.

Angela:Eva, por Dios, yo opino que ese tipo de cosas os provocará unos celos enfermizos, os destrozará…

Eva:No creo que nos los provoque. Al contrario, si los dos estamos de acuerdo en abrir la pareja a otras relaciones y negociamos unas reglas entre ambos, los celos desaparecen, lo mismo que las mentiras y los cuernos. No hay traición porque son relaciones consentidas.

Angela:No creo que podáis establecer unas reglas en un asunto tan espinoso.

Eva:Pues yo he hablado con gente que forma parte de parejas abiertas y puedo constatar que se establecen normas.

Angela:¿Como por ejemplo?

Eva:Pues, por ejemplo, abrir la pareja porque los dos miembros lo quieren. Dar ese paso porque ambos creen que mantener sexo fuera de la pareja, puede acabar con la rutina, estimular de nuevo el deseo y abrirte a nuevas emociones.

Angela:Pues yo opino que podéis dedicar todos esos esfuerzos a tener nuevos estímulos entre vosotros dos.

Eva:Angela, me imagino que mucha gente lo ve así. Pero nosotros somos conscientes de que la pareja monogámica no es más que una construcción cultural. Es más, afirmamos que es una forma de convivencia antinatural.

Angela:Eeevaaaa…¿Pero qué te pasa? Te veo muy radical. Aún me acuerdo de lo enamorados que estábais cuando os casásteis.

Eva:Y aún lo estamos, estamos muy enamorados. Pero el sexo se ha convertido en algo rutinario y aburrido. Creo que no nos sentimos ni cómodos ni felices tal como están las cosas.

Angela:¿Y Alberto lo ve igual que tú?

Eva:De hecho fue él quien empezó a hablar del tema.

Angela:No sé, Eva, a mí, este tema, me da la impresión de que puede hacer daño a alguno de los dos.

Eva:Pero por eso hay normas. Una de ellas es que, si uno de los dos, después de empezar, cree que está sufriendo, que no lo soporta, o se siento incómodo o se siente traicionado o  se muere de celos,… o…o ve que no es como creía, la experiencia se detiene.

Angela:Ya, pero, por ejemplo, yo estoy convencida de que hay que tener mucho estómago para hablar de la que es tu rival en la cama.

Eva:Es que no se habla de eso. El o ella van con alguien y ya está. Le dices a tu pareja que has ido con alguien, pero sin entrar en detalles, a no ser que el otro los pida.

Angela:Por lo que dices, entiendo que se oculta cierta información…

Eva:No, no se oculta, es sólo que no es necesario dar detalles.

Angela:¿No hay en todo esto algo de promiscuidad?

Eva:Yo creo que no. El hecho de tener una relación abierta no significa que vayamos acostándonos con todo el mundo, como si fuéramos adictos al sexo. No es eso, en absoluto.

Angela:¿Y si te enamoras del otro?

Eva:Normalmente, se establece una duración determinada para cada relación sexual. No busco amor, eso ya lo tengo con Alberto. Busco nuevas experiencias sexuales.

Angela:No puedo entender que busques sexo con otros, amando a Alberto.

Eva:Pues porque creo que eso no pone en peligro ni nuestra relación ni nuestro amor.

Angela:Eva, y todos estos intercambios, ¿no crees que pueden favorecer un sexo de riesgo?

Eva:No, Angela, la gente que forma parte de parejas abiertas se hace análisis de control cada tres meses, y tiene que estar dispuesta a enseñar esos análisis en todo momento. Y siempre se practica sexo seguro.

Angela:Oye, que me estás poniendo paranoica. Supongo que no querrás seducir a Leonardo. ¡Júrame que eso no va a pasar!

Eva:Te lo juro, te juro que eso no pasará. Porque una de las normas sagradas es no establecer relaciones con personas que formen parte del círculo de amigos de la pareja.

Además, de buen rollo, Angela, Leonardo nunca ha sido mi tipo. Lo adoro como amigo, pero permíteme que te diga que no me pone…

Angela:¡Qué amable!

Eva:¡Venga, mujer! Lo digo para que te tranquilices…

Angela:No sé, Eva, opino que no soy la persona adecuada para hablar contigo de este tema. Yo no podría hacer algo así. Me moriría de celos. Para mí, es anti-natural y estoy convencida de que, a la larga, no puede funcionar.

Eva:Yo creo que sí eres la persona adecuada. Has sido totalmente sincera y eso me vale. Tampoco esperaba que estuvieras de acuerdo conmigo  en todo.

Angela:Eres un sol. Gracias por decirme eso, porque es de las pocas veces que no estamos de acuerdo en algo.


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Hasta la próxima, un abrazo. Chao, amigos.

Marzo de 2018.


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